Según la Real Academia Española, la pos verdad es una “distorsión deliberada de una realidad, con el fin de crear y modelar la opinión pública e influir en las actitudes sociales”. En la actualidad vemos con frecuencia la aparición de pos verdades, sin embargo, me quiero detener en una que hemos visto en la prensa y que fue denominada “La Yihad Ciclista”, del Sr. Iván Poduje.
Dentro de los principales elementos que quiere transmitir dicho artículo destaca que la bicicleta es un modo de transporte de elite y asegura que es un transporte de minorías y, por lo tanto, debiera tener menor prioridad respecto a los modos de mayor uso.
Adicionalmente, se presentan algunos datos que son mostrados de forma dirigida, para articular esta pos verdad.
Quisiera mostrar en forma adecuada las estadísticas, para que el lector pueda opinar informadamente respecto a los puntos señalados.
En primer lugar, es efectivo que la partición modal de la bicicleta es de 4% (fuente: EOD 2012) y que el crecimiento de los viajes en ese modo ha sido mayor en los usuarios de ingresos altos.
Sin embargo, lo que no se dice es que el porcentaje de viajes en bicicleta entre los usuarios de bajos ingresos es mayor que el de ingresos altos (4,4% para ingresos bajos, 4,1% para ingresos medios y 3,1% para ingresos altos).
Asimismo, si bien los usuarios de comunas de ingresos altos han tenido un crecimiento mayor que el de comunas de ingresos bajos (para el período 2001- 2012), lo concreto es que en ningún caso el crecimiento de estos últimos ha sido despreciable.
Sólo a modo de ejemplo, los viajes en bicicleta en las comunas del sector oriente de Santiago han crecido en 686% entre 2001 y 2012, mientras que los del sector suroriente han crecido en 38%.
Por lo tanto, la conclusión correcta es que la bicicleta tiene un mayor uso en los niveles de ingresos bajos (en comparación con ingresos altos) y que ha crecido en forma importante en todos los niveles de ingreso, sobre todo en el alto.
Mi interpretación de este mayor crecimiento en los niveles altos, es que no se debe al nivel de ingresos, sino a la construcción de infraestructura, ciclovías.
En relación con lo dicho por el articulista que es un transporte de minorías, quisiera opinar respecto a la frase de la columna que señala que, “nadie dice que la bicicleta sea irrelevante, pero su aporte debe medirse por el número de personas que la ocupan, sin olvidar los modos que usa la mayoría”.
Si estuviese en lo correcto, se debiera privilegiar el uso del vehículo particular (26% de los viajes), en desmedro de la bicicleta; sin embargo, la experiencia internacional muestra todo lo contrario.
El problema del automóvil es que hace un mal uso del espacio vial, es decir, permite movilizar muy pocos pasajeros por unidad de superficie, lo cual es crítico en ciudades congestionadas.
Países como Estados Unidos han fracasado en las políticas de incentivo al automóvil, lo que queda de manifiesto en la ciudad de Los Ángeles, siendo una de las ciudades más congestionadas a nivel mundial.
La experiencia internacional muestra que se debieran incentivar los modos de transporte que hacen un mejor uso del espacio vial, como el transporte público, bicicleta y caminata.
Por lo tanto, la conclusión correcta es que las políticas públicas no debieran enfocarse en los modos de transporte ineficientes (como el automóvil), aun cuando tengan una participación importante.
La bicicleta es un modo con mucho potencial, que reduce las externalidades que genera el moverse en las grandes ciudades, cuyo uso debiera incentivarse a través de la construcción de infraestructura adecuada y con una mejor integración con el transporte público.
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