Más allá del cero: seguridad estructural como deber ético en la industria automotriz

En un mundo que avanza hacia la movilidad sostenible, conceptos como "emisiones cero" o "transporte verde" han ocupado la primera línea del discurso corporativo. Sin embargo, hay otro cero que la industria automotriz debe aspirar a alcanzar con igual urgencia: cero muertes por fallas estructurales o tecnológicas evitables en sus vehículos. Alcanzar ese horizonte no se trata solo de innovar en eficiencia energética, sino de asumir un compromiso radical con la seguridad de las personas.

La seguridad estructural no es un valor agregado, es un derecho. Y es también un mandato ético para toda empresa que se sitúe como protagonista del transporte del siglo XXI. En países como Chile, donde más de 1.400 personas fallecen al año en siniestros viales, los estándares de fabricación, las tecnologías preventivas y la disposición a corregir fallas detectadas juegan un rol crucial en la construcción de una movilidad verdaderamente segura.

Y es ahí donde la verdadera responsabilidad social empresarial se pone a prueba: ¿Qué tan rápido actúan las marcas ante un defecto de fábrica? ¿Cómo comunican sus campañas de revisión? ¿Cómo garantizan que incluso quienes compran vehículos usados puedan acceder a esas reparaciones críticas?

Durante 2025, el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) ha emitido múltiples alertas de seguridad por fallas en vehículos comercializados en el país. Entre ellas, se han identificado riesgos como piezas mal instaladas que podrían generar pérdida de control del vehículo, fallas en componentes del motor con riesgo de detención repentina, o sensores que podrían comprometer la capacidad de freno automático e incluso airbags defectuosos con riesgo de explosión del inflador. En todos estos casos, los fabricantes ofrecieron reparaciones gratuitas. El problema no radica en la falta de respuesta, sino en el acceso efectivo a la información por parte de los usuarios.

La mayoría de las personas no visita regularmente los portales oficiales, y quienes adquieren vehículos de segunda mano pueden desconocer que su automóvil forma parte de una campaña de seguridad vigente. Esta brecha informativa puede marcar la diferencia entre una prevención o una tragedia. El derecho a una movilidad segura incluye el derecho a estar informado de los riesgos asociados al vehículo que uno conduce.

Por eso, desde Fundación Emilia hacemos un llamado a las y los dueños de vehículos a visitar regularmente el sitio del Sernac y verificar si su modelo se encuentra afecto a una alerta de seguridad. La información está disponible, pero es clave que también llegue a tiempo, con claridad y empatía.

Asimismo, valoramos y reconocemos a aquellas marcas que han demostrado una actitud proactiva frente a estos desafíos: las que corrigen, comunican y priorizan la seguridad por sobre la imagen. Actuar con responsabilidad ante una falla no solo es parte de su deber legal, sino también una muestra concreta de respeto por la vida de las personas que confían en sus vehículos.

Porque la movilidad del futuro no será realmente sustentable si no es también segura. Y porque más allá del cero, está el compromiso con la vida. Por lo mismo, creemos que así como se invierten cuantiosos recursos y creatividad para promocionar la venta de vehículos, se debiese aplicar el mismo esfuerzo para informar sobre sus campañas de reparación. El marketing no puede ser solo persuasión comercial: debe también ser un canal de responsabilidad y cuidado.

Y esto nos lleva a otro punto crítico. No todo vale al vender un automóvil. Promover sus atributos de seguridad mientras se lo graba en circulación, con el conductor manipulando un celular o hablando sin manos libres, no solo es una contradicción ética: es una infracción grave que refuerza conductas de riesgo. La Ley No Chat se encuentra vigente en Chile y prohíbe expresamente este tipo de conductas. No es menor: la conducción no atenta es la primera causa de siniestros viales en el país, y durante 2024 fue también la principal causa de fallecidos en el tránsito, según cifras oficiales. Si promovemos seguridad, entonces también debemos comprometernos a comunicarla con mensajes coherentes, seguros y respetuosos de las normas de tránsito. La confianza en una marca se construye tanto con lo que ofrece como con la forma en que lo transmite.

Desde Facebook:

Guía de uso: Este es un espacio de libertad y por ello te pedimos aprovecharlo, para que tu opinión forme parte del debate público que día a día se da en la red. Esperamos que tus comentarios se den en un ánimo de sana convivencia y respeto, y nos reservamos el derecho de eliminar el contenido que consideremos no apropiado