Los precandidatos presidenciales que participarán en primarias (Boric, Briones, Desbordes, Jadue, Lavín y Sichel) han desarrollado programas de gobierno que incluyen, en mayor o menor medida, propuestas sobre la situación del transporte en Chile, las que son interesantes de analizar.
El programa del precandidato Jadue hace una fuerte crítica al financiamiento privado del transporte, desconociendo el tremendo aporte que estos últimos han realizado, en el marco de asociaciones público-privadas para el desarrollo de infraestructura, en ámbitos tan diversos como puertos, aeropuertos, carreteras, etc.
Éste fue uno de los grandes aciertos de política pública de los últimos 30 años, ya que permitió desarrollar una serie de inversiones en infraestructura, sin comprometer el uso de recursos públicos. Dentro de las propuestas de Jadue, destacan la construcción de tres líneas de Metro, la ampliación de otras tres, el inicio de la pavimentación de la carretera Austral y una fuerte inversión en ferrocarril, por mencionar algunas. Considerando el alto costo de estas inversiones, la pregunta obvia es ¿cómo se va a financiar? A mi juicio, esto parece un "ofertón", basado más bien en aspiraciones de muy largo plazo, que evidentemente no podrá realizar un gobierno en 4 años.
En el programa de Briones un punto interesante es la rebaja de 50% en la tarifa del transporte público, que sería financiada mediante el aumento del impuesto específico al diésel (el combustible más contaminante). Esto incentivaría la demanda de modos de transporte más eficientes, como los buses, con un mayor impacto en los segmentos socioeconómicos más bajos. En esa misma línea, Boric propone tarifa cero en el transporte público, lo que sería financiado, en parte, por el mismo impuesto al diésel y por tarificación vial (por congestión). Asimismo, Briones propone la integración tarifaria de taxis, taxis colectivos y aplicaciones (Uber, Cabify, etc.), lo que en mi opinión va en la dirección correcta.
Boric, por su parte, plantea el financiamiento de iniciativas de transporte en regiones, a través del Fondo de Apoyo Regional, mientras que ambos candidatos ponen énfasis en tecnologías menos contaminante.
Lavín, en sus bases programáticas, hace referencia principalmente al fortalecimiento de la electromovilidad, con buses eléctricos en todas las regiones. En el programa de Desbordes se habla del fortalecimiento de sistemas de transporte colectivo, como Metro y el tren, mientras que en el programa de Sichel se mencionan los subsidios al transporte de personas con discapacidad y el fomento a la sustentabilidad, a través de transporte público inteligente.
Si bien existen propuestas interesantes y serias de algunos precandidatos, éstas son bastante acotadas. El tema de la electromovilidad es bastante transversal, pero uno de los grandes olvidados (en general) son las regiones, sobre todo el transporte público urbano. Sería conveniente fortalecer estas propuestas, con la elaboración, por ejemplo, de un plan maestro de inversiones en regiones (horizonte de 30 años), incorporando progresivamente sistemas de transporte público de alto estándar. Asimismo, tampoco contemplan iniciativas en infraestructura logística, que es un tema crucial para alcanzar un crecimiento sostenido en los próximos años, donde la asociación público-privada podría jugar un rol fundamental en el financiamiento.
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