Vehículos eléctricos repensados para mujeres

La experiencia de conducir un vehículo eléctrico abre una ventana para repensar no solo la tecnología que impulsa los autos, sino también su diseño y funcionalidad desde una perspectiva históricamente ignorada, como es la mirada femenina. Por más de un siglo, los motores de combustión interna condicionaron la arquitectura de los vehículos. El espacio que ocupan, junto al túnel de transmisión, ha limitado la innovación en ergonomía y distribución interior.

Los vehículos eléctricos rompen con esa lógica. Al eliminar estos componentes, permiten un suelo plano y un interior más versátil. Esta libertad técnica abre la posibilidad de diseñar automóviles mejor adaptados a las necesidades reales de quienes los usan a diario.

Durante décadas, la mirada masculina dominó el diseño automotriz, en parte porque los equipos directivos han estado compuestos mayoritariamente por hombres. Hoy existe una oportunidad histórica para redefinir esos estándares. La electromovilidad no solo permite avanzar en eficiencia y sostenibilidad, también puede incorporar mayor diversidad en los procesos creativos, para que el automóvil deje de ser un símbolo masculino y se convierta en un espacio inclusivo y funcional.

No se trata de estereotipos, sino de sentido común y buen diseño. Incorporar soluciones que faciliten el día a día, como un maletero accesible, espacio para un coche de bebé o para una mascota, mejora la experiencia de uso tanto para mujeres como para hombres.

En 2004, una compañía europea impulsó un proyecto liderado por mujeres que consultó a usuarias de distintos perfiles. Se propusieron ideas como mejor visibilidad, facilidad para estacionar, mantenimiento mínimo y almacenamiento inteligente. Sin embargo, estas innovaciones nunca llegaron al mercado masivo.

Históricamente, los autos se han diseñado para un público masculino, pese a que en varios países desarrollados más del 50% de los autos nuevos los compran mujeres. Los vehículos eléctricos ofrecen una oportunidad para corregir este desequilibrio y diseñar autos verdaderamente inclusivos.

Como usuaria de un vehículo eléctrico, confirmo que esta nueva movilidad no solo es eficiente y confortable, sino que abre el camino hacia un diseño automotriz más diverso. Es tiempo de aprovechar esta transición para repensar el automóvil desde la vida real de las personas, sin prejuicios ni limitaciones heredadas del pasado.

Este desafío cobra especial relevancia en torno al Día Internacional de la Mujer en la Ingeniería, que cada mes de junio nos recuerda que los sesgos de género no solo afectan el acceso a carreras STEM, sino también a diferentes industrias, como la automotriz.

Por eso, la invitación a dicha industria es abrirse a la diversidad y repensar el automóvil desde una mirada femenina, desde el motor eléctrico hasta el último detalle interior. Solo así, el automóvil dejará de ser un símbolo masculino para convertirse en un aliado real y funcional para todos.

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