Una tendencia del mercado, que tiene un alto potencial de crecimiento y que otorga múltiples beneficios en la experiencia de vida de las personas, es la combinación de distintos usos en un mismo conjunto habitacional. El llamado “uso mixto”, que permite que en un mismo lugar sea posible encontrar vivienda, oficinas y locales comerciales, con accesos diferenciados y espacios comunes conjuntos.
Dicha fórmula genera un alto impacto a sus usuarios, ya que permite la integración de una comunidad que se ve beneficiada por la cercanía y acceso a bienes o servicios. No obstante, es relevante decir que no sólo significa integración estructural o del punto de vista de los edificios, sino que lo más importante es la integración ‘inter personas’.
En otras palabras, los usos mixtos permiten la integración de comunidades cuya segmentación es cultural o en base a intereses comunes y no socioeconómica, para poder disfrutar en conjunto de estos usos o intereses comunes que puedan beneficiarlos.
Las nuevas generaciones tienen mayores exigencias en la integración y calidad de vida.
Al igual como los co-work fomentan un ambiente laboral con más convergencia y una experiencia de comunidad para los trabajadores, los usos mixtos son una solución relevante para una ciudad como Santiago que tiene una alta dispersión espacial. Además, del co-work, la tendencia al co-living y el “co-everything”, con espacios y conjuntos que tengan un equilibrio entre lo privado y lo público, fomentando lugares de encuentro, esparcimiento y ocio.
La gracia está en densificar en altura, pero en una densidad y altura con sentido y para que sus usuarios no se sientan en el fenómeno de los llamados guetos verticales.
Esta escena se ha está viendo cada vez más en nuestro país. Por ejemplo, en La Florida se pretende levantar tres torres de departamentos de oficinas y locales comerciales, con 315 estacionamientos para bicicletas.
En la comuna de Independencia también habrá un proyecto que considera edificios entre los 9 y los 13 pisos, e incluso el grupo Parque Arauco declaró que está evaluando la posibilidad de debutar en el concepto del uso mixto a través de sus malls en Las Condes y Maipú.
Ahora bien, es importante además que estos desarrollos tengan una visión 360 que beneficie al entorno. El énfasis está en la calidad de vida para el residente y todos los transeúntes del barrio. Se debe pensar en que los habitantes y vecinos de esos proyectos puedan tener todo cerca al reducir sus tiempos de movilidad.
Estos desarrollos mixtos, contribuyen a que haya menos contaminación ambiental y acústica, así como también un menor gasto en transporte, y por sobre todo mejoran la calidad de vida del usuario, quien usa el tiempo de desplazamiento alternativo para su beneficio.
Incluso podemos pensar en la incorporación de áreas verdes en las azoteas de edificios para darle un respiro y pulmón al sector de la ciudad, sin que eso signifique un aumento significativo en la mantención o gastos comunes que asumirán los residentes y usuarios del inmueble.
Algunos proyectos vanguardistas tienen áreas verdes comunes con espacios de tierra en que los vecinos pueden tener sus huertos y así fomentar la interacción. Los usos mixtos les dan a sus vecinos la posibilidad de bajar a comer teniendo el restaurante a la distancia de un ascensor o bien el servicio básico que estén necesitando al alcance de sus pies.
En el mundo, hay varios proyectos a gran escala que llevan este apellido. Esto es porque el uso mixto, no necesariamente tiene que estar sujeto a un edificio en particular, sino que también puede ser una zona completa de una ciudad, ojalá no muy extensa para aprovechar las sinergias por cercanía.
Un ejemplo actual, y recientemente inaugurado, es el Hudson Yards, en el centro de Nueva York, que es un complejo de seis rascacielos con oficinas y residencias de lujo, que incorpora espacios para el arte, un complejo de restaurantes dedicados a España, un centro comercial de siete pisos, entre otros.
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