La infraestructura científica es la base sobre la cual se construye la investigación aplicada, la innovación tecnológica y el desarrollo industrial de un país. No se trata solo de laboratorios o equipamiento avanzado, sino de espacios que permiten transformar el conocimiento en soluciones concretas para los desafíos de la sociedad. En Chile, fortalecer esta infraestructura es una condición indispensable para transitar hacia una economía basada en el conocimiento, más sostenible, productiva y competitiva a nivel global.
En ese contexto, la reciente inauguración del Laboratorio de I+D en Sistemas Constructivos de Ingeniería y Gestión de la Construcción de la Universidad Católica (UC) marca un hito significativo. Este nuevo espacio no solo materializa un anhelo histórico de este departamento, sino que también representa una inversión estratégica en infraestructura científica orientada al desarrollo de tecnologías constructivas de alto impacto.
El laboratorio permitirá evaluar el desempeño de módulos prefabricados, estudiar procesos de industrialización, productividad y sostenibilidad, e incluso explorar nuevas técnicas como la impresión 3D de viviendas en hormigón. En otras palabras, abre la posibilidad de experimentar, a escala real, soluciones que podrían redefinir la manera en que diseñamos, construimos y habitamos nuestras ciudades.
Construir infraestructura científica no es solo levantar muros, es abrir caminos para el aprendizaje, la creatividad y la innovación, con el propósito de entregar respuestas a las brechas más profundas del ecosistema de ciencia y tecnología en la región, como es la falta de infraestructura científica de alto estándar. Según el Ministerio de Ciencia, nuestro país necesita acelerar la inversión en I+D si aspira a alcanzar el 1% del PIB en investigación y desarrollo. Sin esa base, la innovación no logra escalar, y las ideas nacidas en la academia difícilmente llegan a transformar industrias o mejorar la calidad de vida de las personas.
Por eso, es necesario apostar por una ciencia con propósito, que articula a las personas y a las instituciones en torno a la convicción de que el conocimiento puede y debe transformar nuestro futuro. De ahí que cada nuevo laboratorio, centro o infraestructura tecnológica es una apuesta de futuro. No solo impulsa la investigación, sino que fortalece la colaboración entre la academia, la industria y el Estado, articulando un triángulo virtuoso que permite que la ciencia se traduzca en innovación aplicada.
En el caso de la construcción, esta conexión es clave. El sector enfrenta desafíos crecientes en productividad, digitalización y sostenibilidad, que requieren investigación interdisciplinaria, desarrollo tecnológico y talento especializado. Espacios como el nuevo Laboratorio de I+D en Sistemas Constructivos UC no solo potencian la capacidad de los investigadores y estudiantes, sino que también ofrecen a las empresas un entorno donde probar, validar y mejorar tecnologías que podrían revolucionar sus procesos productivos.
Desde Ingeniería UC, este compromiso con la infraestructura científica es coherente con una visión de largo plazo, como es una ingeniería al servicio del país, que crea valor desde el conocimiento y contribuye al desarrollo de Chile. La inauguración de este laboratorio es un paso más hacia ese propósito, y al mismo tiempo una invitación a fortalecer las políticas públicas, el financiamiento y la colaboración que permitan ampliar este tipo de capacidades en todo el sistema universitario.
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