Si no puedes hacer fotosíntesis, come pasteles

Claudio Acuña Castillo

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La vida de un organismo cualquiera depende de su capacidad para obtener los recursos o alimentos para su subsistencia. Estos recursos proveerán la energía necesaria, mediante reacciones bioquímicas, donde la molécula central es un hidrato de carbono que denominamos glucosa. Esta molécula, que hoy día vemos en abundancia, se encontraba en baja concentración en las condiciones de la tierra primitiva, como lo demostraron los trabajos de Milller y Urey, basado en la teoría de Oparine y Haldane⁽¹⁾. La escasa cantidad presente en las condiciones primigenias fue gravitante para que los primeros organismos tuviesen la necesidad de sintetizarla a partir de dióxido de carbono y el uso de la energía proveniente de la luz del sol, en un proceso que denominamos fotosíntesis^(2)(3)(4).

Este mecanismo de producción de su propio alimento, o autótrofo, permitió generar una diversidad de organismos autosuficientes, con unicelulares fotosintéticos y también pluricelulares como las algas y las plantas, en las cuales la fotosíntesis se produce en los cloroplastos. Otros organismos evolucionaron para usar la glucosa producida por los autótrofos, siendo heterótrofos o no productores de su propio alimento. En un lenguaje más simple, algas, plantas y bacterias fotosintéticas, son el alimento de herbívoros que serán capaces de digerirlas y utilizar las moléculas sintetizadas por estos organismos para sus funciones bioquímicas. Esta relación la conocemos como la cadena alimenticia, de la cual todos los animales dependen del crecimiento de los autótrofos. Las plantas en la cadena alimenticia son consumidas por los herbívoros, y éstos por los carnívoros, de forma tal que las moléculas orgánicas son movilizadas en el sistema.

Otra estrategia, que es muy excepcional en la naturaleza, es la generación de una simbiosis entre heterótrofos y autótrofos ambos. Esta condición ocurre en el musgo, donde un hongo da sostén para la sobrevivencia de algas y en un caso más extraño aun, ocurre en la salamandra moteada (Ambystimamaculatum), en la cual sobreviven algas en su interior, lo que se inicia en las etapas de embrión en el interior de los huevos de ésta⁽⁵⁾.

Una alternativa aún más excepcional y asombrosa, casi como la planta que no tiene cloroplastos y vive parasitando a un hongo⁽⁶⁾, es la existencia de solo un par de animales fotosintéticos. En esta excepcionalidad, el animal más conocido corresponde a un invertebrado marino, la babosa o liebre marina (Elysia chlorotica). Esta babosa, vegetariana, incorpora de forma intacta a los encargados de hacer la fotosíntesis en las algas, los cloroplastos, a células de su estómago. En este órgano, los cloroplastos vivos y funcionales, continúan con su función sintetizando glucosa a partir de dióxido de carbono y luz solar, como lo harían en el alga de donde fueron extraídos. El proceso es tan eficiente, que se ha reportado que algunas Elysia chlorotica son capaces de mantenerse vivas gracias a la fotosíntesis hasta un año, estando en restricción severa de alimentación externa^(7)(8)(9). Aún no logra entenderse completamente cómo la babosa puede mantener estos cloroplastos durante tanto tiempo dentro de su organismo⁽¹⁰⁾.

Para los seres vivos, el uso de la glucosa es esencial en la mantención de la vida, sin embargo, no todos son capaces de producirla o ser autosuficientes. Lo mismo puede ser entendido en una sociedad, donde el cubrir las necesidades básicas de sus habitantes, en un estado social de derecho, debe ser desarrollado con política fiscales basadas en impuestos. No todos pueden hacer fotosíntesis y para los que no lo hacen debemos proveer del sustento o facilitar su acceso. ¿Qué pasa cuando un país, o sus políticos, pierden de vista esta premisa? Hace un par de semanas Daniel Matamala publicó una columna respecto al despropósito que plantea Republicanos, de elevar al rango constitucional una modificación tributaria, la cual hará de nuestro país una copia feliz del edén para quienes tienen más⁽¹¹⁾. ¿No será que el efecto de generar un ecosistema perfecto para quienes tiene más no sea prudente para nuestro país? ¿No será posible que esto profundice la diferencia entre quienes tienen más y aquellos con menos?

En la naturaleza, las relaciones de uso de energía y transferencia de recursos por consumo directo de los autótrofos por heterótrofos, es casi la regla. Otros mecanismos, como en el caso de la babosa marina, son excepciones. Esto se aplica a la forma de hacer políticas y gobernar, se debe apuntar a la generalidad del comportamiento o población y no para una minoría elegida. ¿Se habrán olvidado los republicanos en la nueva convención, que las medidas hechas solo para "personas excepcionales" han sido catastróficas? Si es así, solo lo invitaría a recordar una frase célebre de la reina María Antonieta, quien ante la información de que sus súbditos no tenían pan para comer, dijo "entonces que coman pasteles". Y estoy seguro de que todos sabemos en qué terminó todo eso.

^{(1) Scientists finish a 53-year-old classic experiment on the origins of life
(2) «Los primeros organismos fotosintéticos no fueron plantas, sino bacterias»
(3) Desde los rayos gamma hasta las ondas de radio, la luz nos brinda conocimientos clave sobre el origen del universo
(4) Descubriendo los misterios de la fotosíntesis y su funcionamiento
(5) A solar salamander
(6) Biological flora of Britain and Ireland: Neottia nidus-avis
(7) Burghardt, I. 2008. Symbiosis between Symbiodinium (Dinophyceae) and various taxa of Nudibranchia (Mollusca: Gastropoda), with analyses of long-term retention. Organisms Diversity & Evolution, 8(1), 66-76. DOI: 10.1016/j.ode.2007.01.001
(8) Los secretos de las babosas que «roban» cloroplastos a las algas
(9) West, H. H. 1979. Chloroplast symbiosis and development of the ascoglossanopisthobranchElysiachlorotica [Northwestern University]
(10) Van Steenkiste, N. W. L., Stephenson, I., et al. 2019. A new case of kleptoplasty in animals: Marine flatworms steal functional plastids from diatoms. Science Advances, 5(7), eaaw4337. DOI: 10.1126/sciadv.aaw4337
(11) Columna de Daniel Matamala: Hood Robin}