La década prodigiosa del cine chileno

Luis Arancibia Urzúa

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El Festival de Cine de Cannes otorga al realizador chileno Patricio Guzmán  el premio Ojos de Oro al Mejor Documental por su último trabajo “La cordillera de los sueños”.

Se trata de una producción que cierra su trilogía sobre la memoria. Los anteriores documentales que también alcanzaron el reconocimiento internacional son “Nostalgia de la luz” y “El botón de nácar”.

El jurado considera que Guzmán  se adentra en la columna vertebral del país para abordar la dictadura de Augusto Pinochet y  que su obra representa un compromiso de amor por la libertad y la justicia social.

Este reconocimiento al realizador chileno en un certamen de primera categoría se añade a los éxitos cada vez más frecuentes de nuestra cinematografía fuera del país.

Directores, actrices y actores logran galardones y buenas críticas por sus trabajos  y, lo que hasta ahora no era frecuente, son llamados a participar en producciones de elevado presupuesto y junto a grandes estrellas del celuloide, lo que hasta hace poco era un sueño imposible para  protagonistas del cine patrio.

Se suma a esta expansión y proyección  de nuestra cinematografía el desembarco en Hollywood de productores chilenos.

Hasta hace unos años era una odisea para los cineastas chilenos conseguir que sus trabajos llegaran a ser proyectados en otros países con la repercusión que se merecían. La  coproducción  abrió las puertas al cine chileno en mercados que se le resistían.

Pero faltaba el apoyo mediático y el establecimiento de contactos con otras cinematografías para que los errores propios de los novatos fueran superados.

Recuerdo la soledad de algún director de cine a la hora de enfrentarse a las cámaras y a las conferencias de prensa en el Festival de Cine de San Sebastián. Solos ante el peligro y en sus manos la responsabilidad de promocionar y de vender su trabajo en un mercado competitivo y en constante cambio.

 Desde hace una década ese soporte imprescindible, y del que siempre han sabido echar mano las cinematografías más cercanas, como la de Argentina o México, se encarga de visibilizar al cine chileno en el mundo. Cinema Chile .

Su trabajo comenzó en 2009.Una iniciativa de la Asociación de Productores de Cine y Televisión. Sus objetivos vinieron a llenar el vacío que impedía a los directores mostrar al mundo con suficiente respaldo y profesionalidad sus producciones.

Además de reconocer la gran capacidad de trabajo y creación de historias de las nuevas generaciones, Cinema Chile se impuso como tarea apoyar a directores, participar y promover sus producciones en certámenes  internacionales. Otro objetivo fue concurrir a los mercados audiovisuales para asegurar la venta y posterior difusión  de las producciones.

Hoy el cine chileno es motivo de atención en el mundo. En Europa su presencia es permanente. El premio a Patricio Guzmán en Cannes lo demuestra.

Para dar prueba inapelable de la proyección internacional del cine chileno se celebra en Madrid  La Semana del Cine Chileno en la que se proyectarán las diez mejores películas  de la década, de acuerdo a una selección realizada por diez programadores de los festivales más importantes del mundo.

Ellos consideran que las más notables producciones son La Nana, Lucía, Violeta se fue a los cielos, No, Gloria, Matar a un hombre, El Club, Jesús, Una mujer fantástica y Tarde para morir joven.

 Para dar mayor relevancia a esta muestra se contará con la presencia de las actrices  Paulina García, Daniela Vega, Antonia Zegers y el actor Alfredo Castro.

La directora de Cinema Chile, Constanza Arena, destaca que esta celebración de 10 años de la institución parte en Madrid dada la relevancia  que tienen las crecientes coproducciones entre España y Chile y, en especial, el apoyo en aumento del público español.

Esta muestra se podrá ver posteriormente en  Paris, Berlín y Los Angeles.