En Recoleta nos hemos puesto como uno de los objetivos principales de nuestra gestión el mejorar la educación pública para todos nuestros niños y niñas. Los resultados han sido tan auspiciosos que hemos aumentado en más de un 45 % la matrícula municipal en los cuatro años de nuestra primera gestión y hemos reducido la tasa de deserción escolar a menos del 1 %.
Sin embargo, persiste una deuda que debemos pagar a como de lugar y que corresponde a la necesaria ampliación de la cobertura educacional para nuestros niños y niñas de la primera infancia. Tenemos más de un millar sin acceso a Sala Cuna, lo que además de perjudicarlos directamente en sus posibilidades futuras, limita el acceso al trabajo para cientos de mujeres jefas de hogar que no tienen dónde ni cómo delegar el cuidado de sus hijos, lo que les impide ingresar al mundo del trabajo y proveer a sus familias de lo necesario.
Ahora bien, gracias al gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, hoy tenemos la posibilidad de construir seis nuevas salas cuna en nuestra comuna. Esta noble iniciativa, sin embargo, nos ha enfrentado con un problema de difícil solución. Nuestra comuna no tiene terrenos municipales disponibles para tales efectos ya que entre el año 2000 y el 2012, bajo las administraciones de la UDI, la municipalidad se deshizo, a precios bastante llamativos, de todas las propiedades que poseía, en ventas que sumaron más de $3.000 millones.
Tampoco poseemos recursos para salir a comprar terrenos, debido a la gran asimetría existente entre los presupuestos de las distintas municipalidades. Cabe destacar que mientras la Municipalidad de Las Condes dispone de más de un $ 1.000.000 por habitante, al año, Recoleta no llega a los $140.000, lo que nos impone limitaciones importantes con las que debemos lidiar para poder cumplir nuestros objetivos y mejorar la calidad de vida de nuestros vecinos y vecinas.
Es por lo anterior que hemos debido tomar decisiones dolorosas pero estrictamente necesarias, entre las que se cuenta la ubicación de una de estas salas cuna, que atenderá a 190 niños de nuestra comuna, en un porcentaje menor del parque ubicado en Calle G, lo que ha generado molestia en algunos vecinos que prefieren defender las vistas de sus casas y no atender a nuestros niños y niñas.
Lamentablemente, a diferencia de las comunas ricas, que no tienen que escoger entre un servicio u otro, nosotros estamos obligados a hacerlo y entre mantener el 100% de un Parque y no tener sala cuna o afectar un 6 % del mismo, para poder atender a 190 de nuestros niños y niñas, beneficiando de paso a sus familias, hemos optado por lo segundo sin dudarlo ni un solo segundo.
Cabe destacar además que la entrega del 6% del Parque a la Junji fue una decisión aprobada por la unanimidad del Concejo Municipal, pues todos entendían que una decisión dolorosa pero completamente acertada.
Cabe mencionar también que los vecinos que se manifestaron en contra trajeron una propuesta para trasladar el proyecto de una ubicación a otra, dentro del mismo parque, lo que dejó en evidencia que su intención no era defender el mismo, sino solo evitar que este se construyera frente a sus casas, sin entender que se edifica en el lugar que provee más seguridad y la mejor accesibilidad a la futura sala cuna.
Hemos debido talar 16 árboles para poder dar educación pública gratuita y de calidad a 190 niños y estoy convencido que el tiempo no solo nos dará la razón sino que además nos acercará a esa meta tan preciada de ofrecer a nuestros niños y niñas y a sus madres, la posibilidad más cierta de un futuro mejor.
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