Una extensa Cuenta Pública presenciamos el sábado 1 de junio en horario prime. La previa giraba en torno a los anuncios y compromisos en materia laboral, tributaria y otros asuntos de interés público, entre los cuales no aparecía la discapacidad.
Sin embargo, el 17% de personas que nos encontramos en situación de discapacidad y nuestro círculo más cercano, teníamos la esperanza de escuchar como el Poder Ejecutivo abordaría nuestras problemáticas o al menos escuchar un anuncito, aunque insignificante, relacionado con nuestra situación, pero no ocurrió nada de ello.
Una vez más, la discapacidad es el tema excluido del ámbito público, algo que ocurre con frecuencia, y si bien, en pocas ocasiones se aborda esta temática, se hace en forma incipiente.
Lo anterior, refleja que las personas con discapacidad no hemos dejado de ser ciudadanos de última categoría, pesando sobre nuestra identidad los epítetos de “inválido” o de “minusválido”, dado que los graves problemas que nos afectan tienen escaso o nulo valor en actos y discursos públicos.
Se habla de crecimiento, de modernización, de progreso y de un mejor futuro, pero nuestra disyuntiva es cuándo estos ideales también beneficiarán a las personas con discapacidad, quienes aún presentan brechas de acceso y participación en la educación, en el trabajo y en muchas otras áreas de la sociedad, vulnerándose incluso normativas nacionales e internacionales que resguardan nuestros derechos.
¿Cuál será la razón por la cual fue excluida la discapacidad de la Cuenta Pública? Probablemente, no hay mucho que decir en materia de avances, o bien, los eventuales anuncios podrían ser muy lábiles para una instancia como esta, o quizás, existe una satisfacción en base a los pocos avances que hemos tenido como país en esta materia, desde la ratificación de la Convención Internacional de los derechos de las personas con discapacidad.
Creo también, que la institucionalidad que tiene la responsabilidad de posicionar el problema, el Servicio Nacional de la Discapacidad, tiene un triste protagonismo en los asuntos de interés público. Asimismo, quizás no han querido o no han podido entrar en la vertiginosa agenda que en los últimos meses ha llevado el Ejecutivo.
Las personas con discapacidad no queremos una Cuenta Pública del Presidente de la República exclusivamente para nosotros, más bien, queremos una Cuenta Pública del Presidente de la República que incorpore también los asuntos que, por nuestra situación de discapacidad, nos atañen directamente.
Si algún lector lo quiere ver desde el punto de vista de si existe o no, “masa crítica”, pues bien, tengo que decirles que sí la hay.
No solo el 17% de chilenos y chilenas que estamos en situación de discapacidad nos sentimos excluidos de la Cuenta Pública, ya que nuestras familias, representantes y profesionales de instituciones afines a la discapacidad, también lamentan este asunto.
El detalle es que no somos habituales manifestantes de la calle, pero sí hacemos un trabajo que poco se difunde, ya sea para apoyar a personas bajo estas condiciones, como también para generar conciencia y posicionar lo que sin duda es un drama para quien lo sufre y sus familias.
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