Según el diccionario, el término lepra se le atribuye tanto a la enfermedad bacteriana como a “la proliferación y esparcimiento de un mal moral difícil de erradicar”.
Las cifras de violencia contra la mujer, en todas sus formas, física, sexual, psicológica, laboral, etc., indican que han tenido un aumento escalofriante en la región (principalmente en países como Argentina, México, Honduras y Chile), así lo corroboran datos de la CEPAL, ONU Mujeres y la OMS, al punto que ya debería estar catalogada como una enfermedad, más que un problema social o una falta de educación (o respeto).
En nuestra sociedad se vive a diario una errónea interpretación de “la no objeción como consentimiento”, como justificativo a diferencias salariales, acoso callejero, abuso infantil, entre otras situaciones.
Ahora, si las leyes contra la violencia de género las hicieran mayoritariamente las mujeres, quizá estaríamos hablando de las sanciones en contra de los agresores en vez de poner en duda el testimonio de las víctimas. Como si no bastara con la humillación de ser atacadas por su ropa, posición laboral o físico, también deben exponer su herida una y otra vez.
Las mujeres en Latinoamérica están siendo abusadas, golpeadas, acosadas e incluso asesinadas delante de nuestros ojos y no por otras mujeres si no por costumbres, leyes y pseudo-culturas, impulsadas principalmente por hombres.
Los gobiernos deberían dar solución efectiva a este problema de carácter humanitario, más que de género. Una buena oportunidad para ello, estaría en establecer tasas de participación en normativas que involucren a la mujer. Simplemente en hacerlas parte de las decisiones de todos.
Finalmente, y volviendo al término que da título a esta columna, Latinoamérica está siendo devorada por una lepra cuyas cicatrices están dejando marcadas a nuestras generaciones. Y cuya cepa es la ignorancia, la cual no está basada en una falta de conocimiento, sino que tiene como pilar fundamental el acto mismo de hacer vista gorda a un problema que penetra cada vez más en nuestra sociedad y que al parecer, preferimos ignorar.
Desde Facebook:
Guía de uso: Este es un espacio de libertad y por ello te pedimos aprovecharlo, para que tu opinión forme parte del debate público que día a día se da en la red. Esperamos que tus comentarios se den en un ánimo de sana convivencia y respeto, y nos reservamos el derecho de eliminar el contenido que consideremos no apropiado