Hace setenta y ocho años en los primeros días de septiembre arribó el Barco de la Esperanza como lo llamó Neruda el cónsul en Francia de la época, quién mandatado por el Presidente Pedro Aguirre Cerda, fue más allá de los esfuerzos diplomáticos requeridos, para traer a más de dos mil españoles y españolas en calidad de refugiados a Chile. La guerra civil de España duró tres años y mató a medio millón de españoles.
En ese barco llegaron mis abuelos, mi madre y mi tío. La familia Lázaro de Zaragoza de Aragón. Junto a otras tantas familias que huían de la violencia e intolerancia.
En Chile se encontraron con la solidaridad de la mayoría de las personas.
En nuestro país se recuerda año a año esta fecha, por el aporte que han entregado esos refugiados que sobrevivieron al horror y tuvieron en Chile la oportunidad de reconstruir sus vidas, produciendo, creando y trabajando más y mejor desarrollo para el país que les recibió con tanto cariño.
En este aniversario de la llegada del Winnipeg hemos leído una noticia muy triste e indignante a la vez (diario.es). A la agrupación que representa a esa diáspora en nuestro país, se le ha quitado el apoyo de la embajada de España en Chile, para conmemorar como debe ser, formal y protocolarmente, el 2 de septiembre de 1939 fecha y travesía tan significativa para España y la comunidad internacional.
No puedo creer que hoy la representación diplomática no auspicie y patrocine actos conmemorativos de tan especial hecho histórico que conmovió al mundo, más allá de España y Chile. Efectivamente, los barcos que México y Chile recibieron llenos de españoles, en América, junto a otros países de Europa dieron cuenta de la solidaridad internacional que se movilizó por España.
La memoria e identidad son elementos fundamentales para desarrollar la cultura social y humana que necesitamos hoy.
Una sociedad en la cual sus autoridades niegan los espacios para recordar sus historias es una sociedad que corta las alas del conocimiento y de la conciencia, cualidades humanas que permiten un desarrollo integral, tan exigido en nuestros días.
Sin embargo, aunque la representación diplomática española no auspicie una actividad de rememoración de la llegada del Barco Winnipeg, ese Barco está grabado a sangre y fuego no sólo en los hijos y nietos de aquellos españoles, si no en todos los hombres y mujeres de buena voluntad.
Esa es la Victoria de los republicanos y republicanas que dieron sus vidas por la defensa de la democracia y su proyecto político y social
Las nuevas generaciones están ocupando esas inspiraciones como la de los viajeros del Winnipeg para encontrarse con la justicia social del siglo XXI.
Nota de la Edic. El título recuerda la novela del escritor estadounidense Ernest Hemingway, publicada en 1940, al triunfar la insurrección del general Francisco Franco contra la República democráticamente elegida por los españoles en las urnas. El autor fue corresponsal de guerra y testigo de la masacre del pueblo republicano. Franco ha sido uno de los dictadores que mas tiempo ha ejercido el poder, murió en su cama.
Desde Facebook:
Guía de uso: Este es un espacio de libertad y por ello te pedimos aprovecharlo, para que tu opinión forme parte del debate público que día a día se da en la red. Esperamos que tus comentarios se den en un ánimo de sana convivencia y respeto, y nos reservamos el derecho de eliminar el contenido que consideremos no apropiado