Estos últimos días, hemos escuchado argumentos por parte de algunos que dejan traslucir que una de las razones por las que las cuarentenas deberían levantarse es por el aumento de los casos de violencia hacia las mujeres en la población.
Este tipo de argumentos, que despiertan una rápida adhesión por parte del sentido común y que intentan justificar el levantamiento de una medida en extremo necesaria usando los dolorosos casos de violencia hacia las mujeres, no los podemos permitir y quisiera explicar brevemente por qué.
No puede justificarse el levantamiento de una medida que busca resguardar la contención de una pandemia, que pone en juego nada más ni nada menos que la vida de la población general, usando la violencia hacia las mujeres para sostenerla.
Esto no solo es lamentable y falaz, sino que además es éticamente cuestionable. No es la cuarentena o la violencia hacia las mujeres. Lo que corresponde es abordar la violencia de género con fuerza y como parte de las medidas de contención de la crisis sanitaria.
Los organismos internacionales alertaron desde un inicio a todos los gobiernos sobre los riesgos de aumento en los casos de violencia hacia las mujeres y los instaron a tomar medidas específicas para realizarlo: invertir recursos en las medidas de contención, seguimiento, información, aplicaciones, números telefónicos, refugios, instrucción a las policías, redes permanentes de los gobiernos con organizaciones de mujeres, entre otras.
El gobierno ha tomado algunas de esas medidas, pero de manera reactiva y, en algunos casos, muy tardías. Recordemos que el ministerio de la Mujer y Equidad de Género anunciaba medidas silenciosas como whatsapp o mensajería de texto, para ser implementadas recién la segunda semana de abril, siendo que el primer caso de coronavirus en Chile se informó el 03 de marzo.
Demás está decir que haber contado con estas aplicaciones con anterioridad a la pandemia habría sido de gran utilidad. Por otro lado, todavía carecemos de una relación constante del ministerio con las organizaciones y redes de mujeres -ONGs, feministas, dirigentes poblacionales, etc.-, lo que es fundamental para el abordaje de la violencia hacia la mujer.
La insuficiencia del abordaje de la violencia hacia las mujeres en nuestro país no es un tema reciente ni asociado al Coronavirus. Las dificultades y faltas de estrategias efectivas para contrarrestar la violencia hacia las mujeres por parte de los gobiernos, las arrastramos desde que se logró visibilizar la violencia de género como un problema público.
No en vano aún nuestras leyes son insuficientes para contrarrestarla. No podemos culpar al encierro cuando lo que falta son medidas de prevención, de abordaje, de contención y de reacción suficientes, durante la cuarentena y fuera de ella.
Lo que corresponde en estos días es activar aún más las alertas, seguir todas las recomendaciones internacionales y hacer inversiones profundas, permanentes y precisas para no dejar, nunca más, a esas mujeres solas y a merced de sus agresores.
Porque, quiero insistir, con o sin cuarentena, la pandemia de la violencia hacia la mujer existe, es voraz y asesina, y no se resuelve ni desaparece, como parecieran creer algunos, levantando una cuarentena.
Desde Facebook:
Guía de uso: Este es un espacio de libertad y por ello te pedimos aprovecharlo, para que tu opinión forme parte del debate público que día a día se da en la red. Esperamos que tus comentarios se den en un ánimo de sana convivencia y respeto, y nos reservamos el derecho de eliminar el contenido que consideremos no apropiado