Existe una realidad con la que las mujeres trabajadoras convivimos día a día, y es que a pesar de los avances, se mantiene firme en el mundo del trabajo, donde se subvalora nuestro trabajo y se le pone un freno de mano a nuestro desarrollo laboral y a que tengamos ingresos que correspondan a las tareas que realizamos en cada jornada. Inequidad salarial, brecha, discriminación son sinónimos de un mismo problema y que es uno de los ejes de demanda relevantes del Paro Nacional Activo de la CUT convocado para este 3 de abril.
La brecha salarial, o en simple que las y los trabajadores obtengan similar salario por iguales tareas o funciones, podemos caracterizarla como una de las principales trabas que aún nos afectan a las mujeres, lo que profundiza la discriminación de género en Chile y que es potenciada por los sectores empresariales y por los grupos conservadores y de extrema derecha que nos prefieren en labores hogareñas o de cuidados.
Pero hoy la brecha salarial golpea a las familias en el país. Consideremos que los hogares monoparentales y donde la "jefatura" recae en una mujer -que en su mayoría carga con todos los gastos y los cuidados- según los datos que entrega el INE son decisores: Según el último Censo de 2017 el 84,9% de los hogares monoparentales tiene a una mujer como jefa de hogar. Y según las cifras de 2020 los hogares monoparentales encabezados por mujeres tuvieron un promedio de ingreso en torno a $287.597; en cambio, los que tenían a hombres como jefes de hogar llegaron a $446.248, lo que da una brecha de género del 35,6%.
Son diferentes los estudios que en los últimos años se han referido a este problema: la encuesta Casen del año 2022 cifra la brecha salarial entre hombres y mujeres en el 16% mientras la Encuesta Suplementaria de Ingresos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) del mismo año la cifra en el 25%. En febrero de 2024 el informe de BUK, empresa de gestión de recursos humanos en su estudio "II Radiografía de las Mujeres en los Lugares de Trabajo" la cifró en 27%. Agreguemos un dato no menor: El reducir la brecha salarial, según el Banco Mundial, puede aumentar el PIB planetario en cerca de 20%.
Las cifras son claras y la evidencia está a la vista. Pero el proyecto de ley de equidad salarial que está siendo legislado en el Congreso ha visto la resistencia de los parlamentarios conservadores y pro empresariado, que con el discurso de los "equilibrios" y de la "autorregulación del mercado laboral" siguen castigando a las mujeres a menores ingresos.
A pesar de ello el proyecto, que fue ingresado en 2021, ya superó en enero de este año la comisión de Mujer y Equidad de Género del Senado y debe comenzar su periplo en la comisión de Trabajo, donde hemos visto cómo la derecha legisla en favor de los grupos empresariales, a pesar de las urgencias que existen.
Al ritmo que vamos el Foro Económico Mundial establece que en 134 años, aproximadamente, se estarían reduciendo totalmente estas brechas. Evidentemente no tenemos tanto tiempo y solo nos queda seguir organizadas para asegurar mejores ingresos y una mejor calidad de vida para las mujeres trabajadoras.
Finalmente, es preciso señalar que no solo basta con producir empleos, la mera generación de empleos no puede ser el único objetivo. Generar trabajos sin condiciones laborales y con la discriminación que propicia la brecha salarial, no ayudan en el proceso de avanzar hacia un país con más justicia social y trabajo decente.
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