CASEN 2015

La CASEN 2015 nos ha traído buenas y malas noticias. Sin duda que las primeras se refieren a la disminución significativa  de la pobreza en ambas dimensiones: la pobreza por ingresos bajó de 14.4 a 11.7%  y la medición multidimensional disminuyó de 20. 4 a 19.1%.

Estos resultados son muy exitosos en un contexto mundial de crecimiento económico reducido o casi nulo,  del que Chile no ha escapado y con un precio del cobre también muy depreciado.

Para los escuderos del crecimiento económico esto sin duda debe ser una paradoja, cómo  puede haber disminuido la pobreza con crecimiento cercano a cero. Pero hay una respuesta a la ortodoxia, el aporte significativo de las políticas públicas al combate a la pobreza. También debemos agregar el esfuerzo del Estado para proveer y mantener empleos durante los años 2014 y 2015, todo ello se traduce en estos buenos resultados.

Para no entrar en discusiones inútiles e ideologizadas, este esfuerzo de  perseverar en la disminución de la pobreza en el largo plazo, debe ir acompañado de la recuperación de tasas de crecimiento significativas junto con un correcto desempeño de políticas públicas entre las que las reformas implementadas también deberán ocupar un lugar relevante.

La solidificación de las reformas en particular educación y descentralización debieran en los próximos años convertirse junto al crecimiento económico en las causas relevantes de menos hogares pobres en Chile.

La mala noticia sin duda tiene que ver con el nulo avance en la distribución del ingreso, que nos sigue ubicando dentro de los países más desiguales del mundo. Esto no es menor, los economistas  han adolecido de una notable falta de comprensión  respecto a los efectos de una desigual distribución del ingreso.

La cohesión social, la integración, la  equidad en el acceso a bienes  y servicios, el definir umbrales de calidad en la entrega de servicios para toda la población y no sólo para aquellos que pueden pagar es un imperativo de desarrollo económico y no como creen algunos una propaganda socializante para desestimular los esfuerzos personales.

No hemos avanzado y no vamos avanzar en la medida que efectivamente quienes más tenemos no estemos dispuestos a hacer aportes mayores para  lograr que quienes aún se encuentran en el otro extremo, puedan disponer de las herramientas que les permitan despegar.

Más allá de los errores y desaciertos que efectivamente pueden haber tenido la implementación de las reformas de la Presidenta Bachelet en particular la tributaria y la de educación, no nos engañemos porque lo que ha estado detrás de los críticos es la negativa a ceder una pequeña parte de sus privilegios  en pos de construir una sociedad más  justa y equitativa.

La consolidación de estas  reformas es la que en un futuro próximo nos hará posible poder decir,  por fin la CASEN trae puras noticias positivas.

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