Los trabajadores y trabajadoras son un pilar esencial para el desarrollo económico y social de nuestro país. Desde el Partido Socialista -colectividad de la que formo parte- hemos respaldado históricamente sus luchas y demandas. Hoy, más que nunca, reafirmamos ese compromiso. Creemos que ha llegado el momento de seguir avanzando en la conquista de derechos laborales, con el fin de garantizar condiciones de trabajo justas y dignas para quienes, con esfuerzo diario, sostienen sus hogares y aportan al crecimiento de Chile.
En los últimos años se han logrado avances importantes, como la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales, el aumento del salario mínimo y las mejoras al sistema de pensiones.
Además de lo anterior, desde la bancada socialista hemos impulsado una agenda laboral centrada en el fortalecimiento de los derechos de los trabajadores. Entre nuestras propuestas destacan la implementación de la negociación colectiva por rama, la modificación del seguro de cesantía -para evitar que los empleadores descuenten del finiquito las cotizaciones correspondientes- y la creación de un posnatal de invierno, entre otras iniciativas. Asimismo, hemos promovido, la reducción de la brecha salarial de género, la inclusión laboral de personas con discapacidad y el fortalecimiento general de los derechos laborales.
Sin embargo, aún existen temas urgentes en la agenda laboral. Entre ellos destacan el fortalecimiento de la negociación colectiva, el impulso a la negociación ramal y la necesidad de continuar elevando el salario mínimo. Estas medidas son claves para consolidar mejoras estructurales en el mundo del trabajo y asegurar que los derechos individuales y colectivos de las y los trabajadores estén en el centro de nuestras políticas públicas.
Persisten, además, importantes asimetrías entre empleadores y trabajadores. Una de las herramientas más efectivas para reducir esta brecha es la negociación colectiva. Fortalecerla permitiría que más trabajadores puedan organizarse, negociar en condiciones justas y alcanzar acuerdos respaldados por la ley, sin temor a represalias. Aunque parezca básico, esto aún no es una realidad en muchos sectores del país.
Del mismo modo, urge avanzar hacia la negociación ramal, que permitiría establecer condiciones comunes para quienes se desempeñan en un mismo rubro. Esta forma de negociación fortalecería la sindicalización y evitaría la competencia desleal basada en la precarización del empleo. La negociación ramal es una deuda histórica con el mundo del trabajo, y esperamos que durante el cuarto año del gobierno del Presidente Gabriel Boric pueda presentarse y avanzar decididamente.
Reconocemos el esfuerzo del Ejecutivo en la mejora de derechos laborales, pero sabemos que aún queda mucho por hacer. En un escenario donde el costo de vida sigue en aumento, se requiere de empleos de calidad y condiciones laborales que estén a la altura de las necesidades reales de las familias chilenas, por lo que el sueldo mínimo debe continuar su incremento.
Impulsar estas iniciativas no solo fortalece al movimiento sindical, sino que también beneficia al país en su conjunto. Un Chile que respeta, protege y dignifica a sus trabajadores es un país más cohesionado, más justo y con mejores perspectivas de desarrollo.
Por mi parte, reafirmo mi compromiso con la clase trabajadora, como lo ha hecho históricamente nuestro partido. Esperamos que estas propuestas puedan avanzar, para así caminar hacia un Chile más robusto, equitativo y con justicia social para todas y todos.
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