El mundo nos quiere

Exagerada me dije, apenas escribí el título de esta columna. Podría interpretarse como una fantasía, como una expresión de deseo. Pero concédanme unos minutos para demostrarles que no desvarío.Lo que ocurre es que la mayoría de los chilenos no conocen el formidable comportamiento de nuestros alimentos en los mercados de los cinco continentes.

Somos de clase mundial, primeros exportadores de uvas, arándanos, cerezas y ciruelas frescas, manzanas y ciruelas deshidratadas, choritos y filete de salmón congelado; segundos exportadores de frambuesas congeladas, trozos de pavo congelados, avellanas con cáscara y filete de pez espada congelado y estamos en los diez primeros lugares del ranking global en casi sesenta. Y podría seguir con más ejemplos que nos llenan de orgullo.

¡Recién en estos días Chile se posiciona como primer exportador mundial de arándanos deshidratados, es el único país fuera de la UE que puede exportar a Europa alimentos orgánicos; China, el gigante asiático, es el segundo destino de nuestra carne de cerdo y ha caído rendido ante las cerezas chilenas!

Con el respaldo de ProChile, diversos sectores productivos han creado sus marcas de exportación: Wines of Chile, Fruits from Chile, Patagonia Mussel, Salmón Chile, Chile Olive Oil, entre otras. La asociatividad ha sido clave, la suma de esfuerzos, ideas, experiencias y oportunidades resulta fundamental.

Y en este proceso virtuoso, en conjunto con el Consejo Exportador de Alimentos se lanzó hace un año la marca que agrupa y representa a toda la diversidad y calidad de nuestros alimentos. La marca es FOODS FROM CHILE, fuente de vida y ya recorre su camino de posicionamiento en todo el mundo.

Los alimentos chilenos son trazables, inocuos, tienen alta valoración internacional, sabor natural y calidad. Y estas virtudes son resultado de las características únicas de Chile: barreras naturales en el desierto, el mar, la cordillera y los hielos australes; multiplicidad de climas, valles fértiles y procesos productivos que unen la sabiduría ancestral con los mejores adelantos tecnológicos.

¿Exagero? ¿Cierto que no? Llegar a esta posición protagónica en los mercados internacionales ha tomado décadas de trabajo colaborativo entre productores y exportadores, con el apoyo constante de numerosas instituciones públicas. No exagero cuando afirmo que cada día millones de personas en más de 100 países, disfrutan un trozo de salmón, una fruta o una copa de vino chileno.

Nuestros alimentos son de clase mundial. Debería enseñarse en los colegios, deberíamos saberlo y sentirnos orgullosos.

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