Enfrentarse al tsunami del mercado laboral del futuro

En Chile, la realidad del mercado laboral es una marea que aumenta con una velocidad alarmante, amenazando con un "tsunami" que, a diferencia de los desastres naturales, podemos y debemos anticipar. Las transformaciones demográficas y la irrupción de la inteligencia artificial (IA) están reconfigurando el tablero, dejando a nuestro modelo de protección social y relaciones laborales en una carrera contra el tiempo. No estamos solos en este fenómeno global, pero sí somos uno de los países donde la aceleración es más notoria. Una triada explosiva de cambios (demográficos, tecnológicos y de habilidades) exige una acción urgente, pero con la mirada puesta en el futuro.

En la última década, la natalidad chilena ha caído en picada: pasamos de 242.000 nacimientos en 2013 a apenas 171.000 en 2023, con una tasa de solo 1,16 hijos por mujer, muy por debajo del umbral de reemplazo. La Cepal, por su parte, proyecta que en 2050 Chile será uno de los países con mayor proporción de adultos mayores en la región. Esto significa, en resumen, una población activa cada vez más reducida sosteniendo una carga previsional en aumento, que además tienen un alto riesgo de reemplazo. Es una ecuación que nos obliga a repensar, desde la raíz, cómo nuestro sistema de pensiones y nuestro país se adaptarán a esta transición inminente.

Pero no es solo el reloj demográfico el que marca la urgencia. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el 25% del empleo global está potencialmente expuesto a la IA generativa, una cifra que escala al 34% en países de altos ingresos como el nuestro (considerando que estas son proyecciones conservadoras). La brecha de género es preocupante, con 9,6% de los empleos femeninos de alto riesgo de automatización versus 3,5% de los masculinos. Lo que inicialmente pensamos que afectaría solo a trabajos de baja complejidad, hoy sabemos que es un cambio sistémico que tocará incluso a los "super especialistas". La precarización y la obsolescencia de habilidades son desafíos que nos llaman a desarrollar un ecosistema de aprendizaje permanente. Necesitamos un sistema de formación ágil, centrado en el desarrollo de habilidades, que permita la reconversión y el perfeccionamiento continuos a lo largo de toda la vida laboral.

Este es nuestro tsunami: una menor cantidad de trabajadores aportando al PIB, un sistema de salud y de pensiones bajo una presión sin precedentes; y una creciente tecnología sustitutiva de las habilidades del ser humano. La pregunta ya no es si el cambio llegará, sino cómo nos hacemos cargo, como sociedad, de esta reestructuración profunda que impactará directamente el desarrollo de nuestro país y cómo financiaremos esta nueva era laboral.

Desde la mesa de Futuro del Trabajo de Proyecta Chile 2050, impulsada por Fundación Encuentros del Futuro, junto con diversos actores claves y todas las universidades e Institutos profesionales del país, la inacción no es una opción. Invertir en una transición justa y equitativa hacia el futuro del trabajo no es un gasto, es la inversión más estratégica para garantizar un Chile sostenible y con bienestar colectivo. La ola viene, pero si actuamos ahora, podemos surfearla.

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