¿Cómo creen que están gestionando sus empresas y cómo evalúan sus propias competencias como empresarios? Estos son los principales objetivos del Observatorio Pyme de Fundación Emprender, creado a partir del seguimiento a un grupo no menor de pequeños y medianos empresarios distribuidos a nivel nacional.
La información y las conclusiones que se pueden obtener de este vasto estudio son múltiples, sin embargo, quisiéramos detenernos en la visión más general. Una de ellas es la llamada Estrategia, la cuál de acuerdo a este análisis es evaluada por las pymes encuestadas como el aspecto más débil al interior de sus respectivas organizaciones, en donde solo 30% se evaluó de manera positiva, muy por debajo de otros ámbitos tales como Finanzas o Ventas, con 40% y 49% de evaluaciones positivas, respectivamente.
Pero ¿qué hay detrás de esta mala evaluación en el aspecto más importante de la gestión de un empresario? A priori, observamos dos rumbos de análisis para abordar esta importante brecha:
1. Al analizar con mayor profundidad este índice, nos percatamos que los indicadores más bajos dentro de la Estrategia fueron: "Tener definidos objetivos de mediano y largo plazo en su empresa", con solo 29% de menciones positivas, y "Cuenta con métricas que definen el éxito de su empresa en el largo plazo" con un magro 14% de menciones positivas. En resumidas cuentas, más de dos tercios de los empresarios pyme no estaría definiendo objetivos de mediano y largo plazo, y de aquellos que sí lo hacen, solo la mitad está transformando estas definiciones en indicadores a los cuales se les pueda hacer seguimiento
2. Al observar cómo evalúan sus competencias, nos encontramos nuevamente con la Estrategia como el área de mayor debilidad. En este caso, la competencia "Forma de pensar estratégica" obtiene 29% de menciones positivas, bastante por debajo de otras competencias relevantes para un empresario tales como Adaptabilidad al entorno (45%), Cultivo de la innovación (45%) y Dirección de personas (49%). Este ámbito es crucial en el análisis, porque no nos habla de lo que están o no están haciendo, sino que de cuán competentes y entrenados se sienten para tomar decisiones estratégicas
Pareciera entonces que el principal desafío de los pequeños y medianos empresarios hoy es frenar la marcha impetuosa de su empresa, para dedicar un tiempo especial no solo para definir de manera clara una estrategia a mediano y largo plazo, sino que también, un espacio de seguimiento que permita ir analizando cómo se está avanzando en esta dirección. Seguramente, el solo hecho de destinar este tiempo no sólo mejorará el rumbo de la empresa, sino que también, entrenará una de las principales competencias que debe tener un empresario, vale decir, una forma de pensar estratégica.
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