Hace algunos días se informó a la ciudadanía sobre el aumento de 1% del precio de la Canasta Básica de Alimentos en relación al mes anterior, además su valor se ha incrementado más de 27% si consideramos los últimos 12 meses, reajustados de acuerdo con el Índice de Precios al Consumidor (IPC). O sea, pasó de 50.985 pesos en el mes de enero de 2022 a 65.046 pesos en enero de 2023. Pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de IPC y canasta básica? Y, más importante aún, ¿para qué sirven estas mediciones que hace el Estado? A veces, lo obvio por obvio se olvida y, por lo mismo, vale la pena recordarlo.
Partamos haciendo una distinción: Existen dos canastas básicas. Por un lado, está la canasta del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), que es aquella con la cual se calcula el IPC; y, por otro lado, tenemos la canasta del Ministerio de Desarrollo Social, que se utiliza para determinar la línea de la pobreza.
La canasta del INE está compuesta por más de 300 productos que representan el consumo de bienes y servicios de un grupo familiar, tales como alimentos, educación o telecomunicaciones. La variación en el precio de esta canasta se refleja en el IPC, indicador que se utiliza para el cálculo de la Unidad de Fomento (UF) y la Unidad Tributaria Mensual (UTM), y determina generalmente el reajuste de arriendos, créditos o pagos de pensiones alimenticias, entre otras cosas.
Por su parte, la Canasta Básica de Alimentos del Ministerio de Desarrollo Social, tal como su nombre indica, contempla solo alimentos y está construida conforme al consumo diario de calorías por persona, el que hoy se encuentra en 2.000, de acuerdo con los lineamientos internacionales de suficiencia alimentaria. Es precisamente esta canasta la que nos permite medir la pobreza unidimensional -aquella que considera un monto determinado de ingreso por hogar-. Así, si usted vive solo y tiene un ingreso entre 146.647 y 219.970 pesos, será considerado pobre; mientras que si su ingreso es inferior a los 146.647 pesos se estimará que vive en pobreza extrema.
Es importante destacar que la línea de la pobreza es dinámica y va a depender de la cantidad de habitantes por hogar; por ejemplo, si en un hogar compuesto por cinco personas los ingresos totales fluctúan entre los 452.430 y 678.644 pesos, significa entonces que todos viven bajo la línea de la pobreza.
Volviendo a lo señalado en un principio, el aumento del precio de la Canasta Básica de Alimentos informado implica, por un lado, que será más costoso para una familia proveerse de los alimentos necesarios para satisfacer la demanda calórica y, por otro, que aumenta el riesgo de los hogares que viven con lo justo de caer bajo la línea de la pobreza. Estas mediciones son mucho más que simples números, pues permiten al Estado contar con información que le permita focalizar la ayuda en quienes realmente lo necesitan, haciendo más eficiente la asignación de los recursos para así combatir la pobreza.
Desde Facebook:
Guía de uso: Este es un espacio de libertad y por ello te pedimos aprovecharlo, para que tu opinión forme parte del debate público que día a día se da en la red. Esperamos que tus comentarios se den en un ánimo de sana convivencia y respeto, y nos reservamos el derecho de eliminar el contenido que consideremos no apropiado