Santiago es Roma: escasez de recursos regionales e impuestos

Los patricios -en la antigua Roma- decidían desde el Senado el destino de millones de personas, imponiendo tributos y políticas públicas en todo el imperio. Esto significaba finalmente que los patricios y otros habitantes de Roma, la capital, terminaban siendo beneficiados de mejores políticas públicas y recibían los recursos de los otros estados del imperio. Pero, muchas veces, también significaba la odiosidad de las regiones al ver que sus recursos y dinero fluían a la capital.

En el caso de Chile, durante los últimos años, nos hemos encontrado con una realidad muy amarga en cuanto a regiones respecto de la capital. Pero eso no significa, únicamente, que debamos sólo cobrar más impuestos para solucionar estas desigualdades. Además, debemos repartir estos recursos estatales en forma equitativa. Por ejemplo, la Región de La Araucanía es una de las que muestra mayores ingresos referidos al Impuesto Global Complementario; lo mismo ocurre con Antofagasta, pero las dos regiones están muy lejos de los recursos y beneficios de la metrópolis. Lo distinto es que en la capital los ingresos por renta de las personas se generan por servicios y los gananciales de industrias de productos procesados; en cambio, en esas otras dos regiones el impacto es por industrias de recursos naturales y extractivas, como son la industria minera y forestal. Pero debemos enfatizar que muchas de las casas matrices de las empresas extractivas se encuentran en Santiago, y como resultado parte del beneficio es capturado por la capital.

Ahora que nos acercamos a otra Operación Renta recordamos que debemos pagar impuestos, entendiendo esto como que el acto de pagar impuestos no es solo necesario, sino además ético. Entonces la pregunta sería ¿qué tan ético es que seamos benefactores de las mejoras de esos mismos recursos logrados a través de impuestos? Me parece al menos sobre los que vivimos en Santiago debería ser revisado, ya que parte de los ingresos estatales vía tributos son generados en regiones.

Lo antes comentado lo voy a ejemplificar con el Transantiago. Todos los años el transporte público y las calles de la ciudad se ven deterioradas y muchos recursos de los impuestos son destinados a mejoras viales o para paliar el costo de la evasión del Transantiago. ¿No sería bueno que en la próxima reforma tributaria tengamos una estructura que nos ayudara a terminar con las inequidades entre regiones? Tomando el ejemplo anterior, el contribuyente (ciudadano) de regiones, que tiene en promedio mejor comportamiento al pagar su transporte público, pueda acceder a trenes, metro o buses de mejor calidad, tal vez más baratos o con beneficios impositivos. Otros temas importantes son la salud y la educación, ya que se concentra gran parte de los beneficios de instituciones educacionales y de salud en la RM, aumentando la desigualdad entre la capital y las regiones.

El problema que conlleva la desigualdad es que se convierte en un símbolo y la capital, sea cual sea su nombre, representa la imagen de "Roma". Aquella capital que todas las ciudades de occidente quieren copiar, donde se coexiste entre los tomadores de decisiones y los beneficios de ser "capitalino", logrando finalmente ser un símbolo positivo solo para algunos.

Entonces, ¿no será momento de pensar un poco más en las regiones del país y visualizar proyectos concretos que equiparen la calidad de vida de la gente de región con la gente de la capital? Por ejemplo, tener una escuela que no se inunde por lluvias o que haya un semáforo en una esquina muy congestionada o incentivar a los profesionales la vida en regiones para no perder a los mejores talentos regionales (lo que termina en éxodos hacia la capital).

En definitiva, esperemos que la próxima reforma tributaria contemple medidas de financiamiento concretas para regiones y que no sea para recaudar más recursos para la capital. Mi preocupación es que sigamos escuchando que la nueva reforma tributaria solucionará todos los problemas, no sosteniéndola en proyectos concretos de pensiones, salud, educación, seguridad y mejoramiento de los recursos que se encuentran en el aparato público -reforma al servicio público, muy necesaria- pero visualizándola solo desde la capital, y no vista con una idea territorial y regional.

Para que Santiago no sea Chile y que menos sea Roma, sino que nuestras regiones sean beneficiadas con una adecuada infraestructura y bienestar para sus ciudadanos, es necesario crear proyectos concretos de futuro que se acoplen en la estructura territorial y demográfica del país. Probablemente esto debería ser una gran reforma y no solo buscar la idea de recaudar.

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