Una vez que prosperó un incremento de la ayuda destinada a las pymes me consultaron si era una victoria sobre el Gobierno, pues bien, lo dejo claro: No buscamos un triunfo político. Nuestro objetivo es llegar con una respuesta del Estado eficiente a los chilenos afectados por la pandemia. Queda mucho por delante. Hace más de un año empujamos esta ayuda, que incluso aún no es todo lo necesario, porque hay un arrastre de los efectos negativos por la demora de reacción del Ejecutivo, por lo que no se hizo.
Por ahora, dos de los principales pilares de la Agenda de Mínimos Comunes ya fueron despachados en el Senado, y desde la oposición se consiguió eliminar requisitos para acceder al bono, además de alivio en exigencias tributarias. Los beneficiarios pasaron de 313.000 a 820.000 pymes. Y tal como lo planteamos, el Ejecutivo debió aumentar el costo fiscal del paquete de US$ 1.200 a US$ 3.200 millones. A ello se suma una mejor ayuda a las familias, a través del ingreso de emergencia Renta Básica Universal, donde se buscó llegar a la línea de la pobreza en forma casi universal.
Insisto, no se trata de quién debe ceder, se trata de salir adelante todos juntos. El afán de capitalizar popularidad debiera de una vez por todas, quedar atrás. No puede ser un interés particular, sino el colectivo, el que nos va a sacar de esta crisis multilateral.
En esa línea, ya no existe más espacio para ningún retiro de fondos previsionales. Ese recurso ya se agotó para más de 4 millones de personas que tienen cero pesos en sus cuentas de ahorro. No podemos seguir cargando el costo de esta pandemia a los propios trabajadores y menos insistir con esta consigna que ya no tiene sentido. Aquello es burlarse de las personas y del momento extremo que se vivió durante los primeros meses de pandemia, donde el retiro fue una medida desesperada ante la sordera de La Moneda. Buscar estrujar algún grado de popularidad que no se vio en las urnas en la pasada elección es no tener conciencia del daño que le hacemos al ahorro de las personas. El slogan del retiro no da para más, se habla de expropiación, lo que es demagogia pura y nadie lo ha plateado.
Si queremos ser un aporte, vamos derechamente por una reforma del sistema previsional, aumentemos la capacidad de ahorro de los trabajadores para aumentar su pensión. Hablemos de mejoras en la administración de los fondos. El deber de un legislador es llegar a implementar un mejor sistema de pensiones, urge aquello. Pero en serio.
Mientras algunos distraen a la opinión pública con discusiones que sólo enredan las soluciones, hemos de insistir: Falta camino por recorrer. No podemos quedarnos en este paso. Debemos garantizar el financiamiento para la reactivación económica. Se necesita contar con subsidio al empleo entre otras medidas que significan un apoyo y rol activo del Estado para generar actividad económica, que sea eficaz. De ahí el plan de inversión de 1.700 millones de dólares en presupuesto que tiene que traducirse en proyectos a ejecutar, sobre todo donde no hay inversión privada. Eso también lo hemos advertido, esperamos este impulso.
Hoy es hora de requerir un avance tan necesario como es el cuarto eje. No es nuevo, sepa usted que al Gobierno le hemos planteado hace muchos meses avanzar a esta etapa, pavimentar la tarea de lo que viene posterior a la emergencia. Eso se logra generando ingresos permanentes para gastos permanentes. O sea, entrar de lleno a eliminar exenciones tributarias. Una discusión diluida por el propio Ejecutivo, pero que debemos llevar adelante para concretar y no dar espacios a medidas desesperadas.
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