Educación, vocación y felicidad ¿tienen relación?

Sebastián Errázuriz
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Ha sido un tema que ha estado en boga hace ya varios años, donde se ha escuchado de todo con diferentes tintes políticos, y ¿cómo no? Si cuando se nos habla de Educación inmediatamente se nos viene a la cabeza Reforma, el gobierno de turno y nuestros propios juicios de valor frente a este, si lo apoyamos o no, cómo nos afectará o, los más radicales, ¿por qué tengo que aceptar lo que se me impone?

No sé a ustedes, pero a mí me preocupa cada vez más la infelicidad en las personas. Es que es algo que lo podemos percibir en cualquier parte: las caras de cansancio en el metro, la falta de amabilidad al contestar, el silencio de algunos cuando se les saluda, etc.

Pero, ¿qué tiene que ver esto con la educación y la carencia de vocación? Simple.Tengo la seguridad que la mayoría de los chilenos no estamos contentos con lo que hacemos para ganarnos la vida. Buscamos “pega” para tener dinero y poder satisfacer las diversas necesidades, pero no nos preocupamos de algo tremendamente importante, no hacemos un alto para preguntarnos “¿soy feliz haciendo esto?”, “¿quiero esto para mi vida?”, “¿después de esto qué?“ Y así va pasando el tiempo y no logramos percatarnos de que se nos fue la vida y no fuimos felices logrando metas porque “nos agarró la máquina”. Imaginen esta misma reflexión en el área educativa.

Desde pequeños buscamos modelos, los primeros son nuestros padres y familia cercana, a medida que vamos creciendo ese campo se abre hacia nuestros compañeros y primeros profesores. La labor de estos profesores es esencial para nuestra formación, son nuestro ejemplo. Cuando  alguien nos quiere enseñar, cuando a alguien le interesamos, cuando hay ganas, se nota.

Esta semana nos enteramos que el paro docente se resiste a terminar porque los profesores no están de acuerdo con muchas de las condiciones contenidas en el Proyecto de Carrera Docente. Claramente lo que falta en este tema es la capacidad de diálogo, entre el gobierno y los profesores.

Durante años ha existido un ánimo de evaluar a los docentes, es entendible esa propuesta dado que la educación de todos los  niños y jóvenes chilenos está en sus manos, pero esta condición de sentirse observados y en constante juicio gatilla una suerte de reacción defensiva de su parte: negarse a dar su brazo a torcer. Quizás una manera más amigable de evaluar sus capacidades y logros sería la vía más factible, insisto, diálogo.

Por otra parte, creo que todos estamos convencidos de que lo que hoy se necesita en nuestro país es ganas, el profesor debe tener esa convicción de querer transformar la vida de sus alumnos, que sean mejores, ser una inspiración para ellos. Este tema es mucho más que una Reforma, es vocación, amar lo que se hace y en Chile, lamentablemente, es muy difícil encontrarlo porque la carrera de profesor está muy desacreditada, parece ser lo último de la escala.

Se hace un llamado a la vocación, estoy de acuerdo, pero si no se valora el trabajo, los esfuerzos y la dedicación que se entrega en esta labor ¿cómo se puede tener vocación sin ser feliz? Cuando un trabajo se nos va haciendo tedioso día a día es totalmente válido no poner todas las ganas en eso.

¿Cómo esperamos que se haga bien el trabajo si no están las condiciones para llevarlo a cabo? Un profesor que tenga a su cargo 45 niños o más no da abasto, no puede dedicarle el mismo tiempo a cada uno como quisiera. Debemos tener la confianza de que lo que se busca son mejores condiciones para desempeñar mejor una labor que es tan importante. Sin duda hay que mejorar las cosas, si cedemos un poco algo puede dar un giro y cambiar en positivo.

Creo que hablo por todos cuando hablo de un buen ambiente laboral, de contar con todas la condiciones para realizar un buen trabajo, sumémosle a esto que nos gusta lo que hacemos, es una de la mejores sensaciones.Lo que quita el sueño es pensar en todas esas personas que vienen de diferentes sectores y que logran en la vida buenos resultados aún sin poseer los medios económicos. Estas personas son exitosas, no porque ganen mucho dinero y estén rodeados de lujos (esta es una visión algo distorsionada del “éxito”) es más bien porque  han alcanzado las metas que se han propuesto, hacen lo que les gusta, luchan por alcanzar la felicidad, eso es lo que mueve. No existe mayor satisfacción que descubrir tus pasiones y abrazarlas.

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