El mercado laboral está cambiando a gran velocidad en todo el mundo: hace algunos años se vaticinaban drásticos cambios que traerían las nuevas tecnologías alrededor del 2020. Ese mismo año, el Foro Económico Mundial señaló que el 40% de las competencias básicas cambiarían en 5 años, que el 50% de los empleadores a nivel mundial aceleraría la automatización del trabajo y que el 80% de las instituciones estarían dispuestas a expandir la digitalización de sus procesos productivo. Según un informe de Goldman Sachs publicado en marzo de este año, la reciente aparición de la inteligencia artificial generativa acelerará aún más estas transformaciones, reemplazando así cerca de 300 millones de empleos.
En términos de eficiencia, la posibilidad de procesar grandes cantidades de datos en poco tiempo gracias a la inteligencia artificial permitirá a las empresas mejorar su productividad, lo que podría aumentar el PIB mundial en 7%.
Ahora bien, aunque la tasa de adopción de la IA crece de manera significativa, la mayor barrera de entrada es la falta de conocimiento. Según el informe de IBM Global AI Adoption Index 2022, a nivel mundial, 71% de las causas que frenan la incorporación de la IA en las organizaciones se asocian a la falta de formación o la dificultad para conseguir trabajadores que puedan aplicar esta tecnología; sólo 29% lo atribuye a razones económicas.
Bajo este escenario, es clave el rol que tendrán las instituciones de educación superior, especialmente considerando que según la OCDE el factor que más influirá en la sustitución de los trabajadores por máquinas será su formación. Por lo tanto, quienes tengan niveles inferiores de capacitación, serán los más perjudicados. Las universidades debemos procurar, entonces, que la educación que ofrezcamos desarrolle la comprensión de la inteligencia artificial; de lo contrario, la brecha de habilidades entre los que están capacitados a trabajar con las nuevas tecnologías y los que no, seguirá creciendo, exacerbando las desigualdades ya existentes.
Con ese fin debemos observar con urgencia las sugerencias que la Unesco hace al respecto: es fundamental, por ejemplo, promover la formación continua con especial énfasis en las personas mayores, para tener una fuerza laboral capacitada y con más posibilidades de reconversión laboral. Además, debe incorporarse la inteligencia artificial en los planes escolares de estudio de manera transversal en todas las asignaturas.
Aldous Huxley decía que incluso hasta la ciencia puede tratarse a veces como un enemigo. Y efectivamente, si las universidades, donde se promueve el desarrollo científico, no somos capaces de alinear la formación de técnicos y profesionales con las futuras demandas del mercado laboral, estaremos ampliando una brecha que nos hará menos competitivos a nivel global.
Desde Facebook:
Guía de uso: Este es un espacio de libertad y por ello te pedimos aprovecharlo, para que tu opinión forme parte del debate público que día a día se da en la red. Esperamos que tus comentarios se den en un ánimo de sana convivencia y respeto, y nos reservamos el derecho de eliminar el contenido que consideremos no apropiado