La conmemoración del Día Internacional de la Mujer este 8 de marzo - institucionalizado por decisión de las Naciones Unidas en 1975 - tendrá este año un significado muy diferente en Chile. En el contexto del estallido social, el rol de la mujer en nuestra sociedad está más que nunca presente en las demandas sociales que se exigen desde el 18 de octubre.
Uno de los avances claves es emparejar la cancha en materia profesional y todo lo que por rédito implica dar pasos concretos al respecto. En esa línea, el derecho de la mujer a ganar lo mismo que el hombre debería ser algo completamente resuelto en nuestra sociedad, pero lamentablemente estamos muy al debe en esta materia.
Entre las 36 naciones que conforman la OCDE, Chile ostenta el sexto lugar en desigualdad con un 21,1% en favor de los hombres. Llevando este porcentaje a cifras redondas, $200 mil sería la brecha salarial entre hombres y mujeres, según el estudio “La desigualdad tiene cara de mujer” de la consultora GfK.
Por otro lado, en la educación también tenemos una brecha que no podemos seguir normalizando, sobre todo, en la etapa universitaria por el acceso de mujeres a carreras ligadas a los campos de la ciencia (Science), la tecnología (Technology), la ingeniería (Engineering) y las matemáticas (Mathematics).
Estas profesiones conocidas como STEM (por su sigla en inglés) son estudiadas por cerca de un 14% de las mujeres en nuestro país, lo que claramente nos está limitando como sociedad al dejar fuera a un segmento que representa la mitad de la población mundial y que puede generar grandes aportes en materia de diversidad por todos los conocimientos, habilidades, capacidades y perspectivas que tienen.
En forma particular, la brecha más grande de género en tecnologías digitales se produce en Ciberseguridad, donde solo un 10% son Ciberguardianas del Ciberespacio.
Reforzando esta idea, de acuerdo a un reporte realizado por Comunidad Mujer, Fundación Por Una Carrera y la Consultora Clio Dinámica, la brecha salarial al primer año de egreso de la educación superior sería de 13% en favor de los hombres.
No obstante, existe un campo de conocimiento en que ellas lograrían revertir la diferencia: ingeniería. En estas carreras las mujeres obtendrían 7% más de remuneración que los hombres al primer año de egreso.
Para revertir la poca presencia femenina en carreras de ciencia y tecnología es clave el proceso de socialización durante la primera infancia de las niñas, donde nuestra sociedad machista está acostumbrada a que ellas jueguen con muñecas, a la cocina, a ser mamás, profesoras o enfermeras. Es fundamental que en esta etapa se estimule el interés por las ciencias con regalos como arduinos, microbits, microscopios, telescopios, robots o fomentando el descubrimiento de los misterios de la naturaleza y los experimentos científicos.
La tarea no es fácil, pero está en nosotros como ciudadanía en su conjunto hacer los cambios culturales y de mentalidad que sean necesarios, partiendo por la formación de nuestros hijos a temprana edad, el rol de los colegios, profesores, universidades, centro de formación técnica, institutos, etcétera.
Por otra parte, los avances llegarán a través de mejores legislaciones, cuoteo (como ocurre con los directorios de las empresas del Estado) y alternativas de flexibilidad laboral o teletrabajo para ir reduciendo las brechas de género.
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