Un reciente estudio, esta vez de la Universidad de Los Andes, acaba de sumar un nuevo antecedente sobre los desastrosos efectos de la pandemia y el cierre de establecimientos educativos en los niños y niñas de Chile. Este informe indica que el 96% de los estudiantes de primero básico no conocen las letras del alfabeto, que los de segundo básico muestran retrocesos en cuanto a lectura y que el vocabulario de los niños de kínder ha disminuido en comparación a 2018.
Estos datos coinciden con las investigaciones que hemos hecho en la Fundación Familias Power en este periodo y que revelan que niños y niñas de entre tres y seis años presentan niveles muy por debajo a los esperados para su edad en cuanto a comunicación. Esto incluye la habilidad prelectora y la capacidad de conocer, retener y repetir un vocabulario más nutrido.
¿Qué medidas se pueden aplicar para elevar estos niveles? Estrategias hay varias y van desde la política pública hasta lo que pueden efectuar, en lo inmediato, los padres, cuidadores y centros educativos. Me centraré en lo segundo.
Primordial es leer todos los días a los niños antes de acostarse. Se trata de poner los libros al alcance de los niños a través de la lectura que hacen los papás y también mediante las imágenes que se van sucediendo para vayan intuyendo, desarrollando, pensando y relatando historias que hagan sentido con lo que están viendo. Eso es lo número uno: poner a disposición textos, con un adulto al lado, que los esté apoyando en esta prelectura.
Junto con ello, y muy relevante, es cómo nos comunicamos con nuestros niños, de qué forma nosotros le contamos las cosas. Hoy nos estamos comunicando con formas "express". En cambio, tenemos que volver hablarle con frases largas y bien construidas, ojalá pidiéndoles su opinión, usando variados verbos y adjetivos calificativos, nutriéndolos de tiempos verbales y distintos sustantivos en una oración, que las hagan más completas y complejas, de manera que el niño pueda ir adquiriendo y manejando una mayor cantidad de vocabulario.
Lo tercero y tremendamente relevante es dejar las pantallas de lado, para permitirles acercarse a los libros y diálogos y así habilitar el desarrollo de la creatividad. Hoy, al estar todo el día con celulares o tablets, no están pudiendo leer ni tomar con sus manos otros elementos que desarrollen su aprendizaje.
Por último, es muy importante ir desarrollando lo que se llama el juntar letras. De a dos, de a tres y así. La idea es ir repitiendo esas sílabas hasta que los niños las vayan entendiendo y haciendo suyas.
Hoy, el entorno lingüístico de los niños está bastante deprimido, con familias que todavía post pandemia están cansadas y estresadas. Tampoco están asistiendo a los establecimientos educativos como se quisiera. Es urgente tomar acción. El nivel de la lectura y el vocabulario es uno de los principales predictores del desarrollo futuro de las personas.
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