Conmemorar a las víctimas del holocausto en la era post testimonios

  • Co-escrita con Dalia Pollak, presidenta Fundación Museo Interactivo Judío de Chile

 

Antes que tratar de imaginar cómo será el Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto en 20 años más es necesario tener en cuenta que en ese entonces los sobrevivientes del Holocausto ya no estarán entre nosotros.

Dejando de lado el hecho que habrán transcurrido más de 100 años desde el inicio de la Segunda Guerra Mundial -y, por tanto, los desafíos educativos serán mayores-, estaremos viviendo en lo que se conoce como la era "post testimonios".

En 20 años más, cuando ya no estén vivos los testigos de los horrores nazis, vamos a tener que esforzarnos por tratar la historia del Holocausto como un hecho perteneciente a la memoria colectiva de la humanidad, y no como un episodio de la historia que afectó a ciertas minorías.

La función de la conmemoración no sólo supone la necesidad de sanar una herida. Se conmemora para proteger las lecciones que debemos aprender de la historia. Más allá de una fecha específica, lo importante es plantear una enseñanza para que nunca más se vuelvan a perseguir arbitrariamente a determinados grupos humanos. Es por esto que la ONU decretó el 27 de enero como el Día Internacional de Recordación de las Víctimas del Holocausto. Así, todos los países que forman parte de las Naciones Unidas están adheridos al esfuerzo de transmitir el "nunca más" en el día en que se liberó Auschwitz, el símbolo de los horrores del Holocausto.

Fijar una efeméride es una forma de administrar la historia. Los que conmemoran se comprometen a resguardar lo que consideran digno de potenciar con fines pedagógicos. Es, en cierta medida, una forma de lucha que en este caso defiende el derecho que nos trataron de quitar: el derecho de vivir y de hacerlo desde una identidad definida.

Recordar, independiente de que existan o no los dolientes, ayuda a universalizar valores como el respeto por los derechos humanos, la diversidad y la democracia. Pero hoy el desafío no sólo es transmitir esos valores, sino que acortar la distancia que hay entre nuestra sociedad actual -individualista y apática- y el Holocausto.

Justamente, una forma de hacerlo es por medio de la educación y aquello que nos motiva para ser agentes de cambio.

En la era post testimonios debemos considerar las manifestaciones artísticas u otros acercamientos que nos permitan afiliarnos con el hecho histórico y con la memoria. Debemos hablar en el lenguaje de las nuevas generaciones para abrir la posibilidad de entender cómo la historia nos moldea como sociedad. Y debemos escuchar a los nietos y bisnietos de los sobrevivientes. Cualquier manifestación para mantener la memoria es válida, porque lo opuesto es el olvido.

El Museo Interactivo Judío se dedica a promover el valor de la multiculturalidad y transmite -en el lenguaje más apto para la audiencia a la que se enfrenta- las lecciones de este oscuro periodo para evitar que la historia se repita. Su nueva y renovada exposición permanente sobre el Holocausto estará abierta a todo público de forma gratuita a partir de marzo de 2022.

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