El accidente que sufrió en la cacería de elefantes en un país africano le sigue pasando factura a Juan Carlos I, hoy Rey Emérito de España.
Aquel viaje puso en evidencia al monarca “campechano y cercano al pueblo” y reveló que la vida de la Familia Real no era precisamente un jardín de rosas.
La presencia en el séquito de aquella nefasta aventura de una mujer rubia , hasta entonces desconocida, significó el punto final al acuerdo no escrito de la mayoría de los medios de comunicación en el seguimiento “ amable” de las actividades del entonces monarca.
De este modo se supo que la acompañante del Rey era Corinna zu Sayn-Wittgenstein, alemana, divorciada de un noble germano con título de Príncipe.
La experta en inversiones y con estrechos contactos con empresas e incluso gobiernos, vivía con su hijo en un edificio perteneciente al Patrimonio del Estado en las proximidades de la residencia del Rey, en Madrid.
Sobra comentar las interpretaciones que se dieron a esta cercanía de Corinna , a la que se le atribuyó el título de princesa con el añadido “amiga del rey”.
El incidente en Botswana precipitó el cese inmediato de Juan Carlos I como presidente honorario de la Fundación mundial de protección de la naturaleza, le obligó a pedir disculpas públicas ante los españoles y precipitó las críticas a la monarquía. Su abdicación en beneficio de su hijo Felipe fue una maniobra para detener el rechazo que su figura ha crecido entre los españoles.
No obstante, transcurrido el tiempo, no ha llegado la calma.
Lo demuestran las grabaciones que difunden ahora la televisión y radios españolas y en las que Corinna su Sayn-Wittgenstein, hoy residente en Mónaco, da cuenta de las supuestas ilegalidades cometidas por el rey emérito.
Según ella, Juan Carlos I la usó como testaferro para blanquear dinero procedente de comisiones, y añade…“no porque me quisiera”.
Se trataría, por ejemplo, de dinero que el ex monarca recibió por comisiones de Arabia Saudí por la adjudicación a una empresa española de la construcción de una red de ferrocarril de alta velocidad a La Meca. Marruecos es otro de los países en los que Juan Carlos tendría bienes .
La “amiga” también afirma que sabe que el ex Rey tiene o tenía dinero en el extranjero. Recuerda que Alvaro Orleáns de Borbón, primo del ex monarca, era su testaferro en Suiza. Según ella, por estas cuentas el rey se habría beneficiado con la amnistía fiscal promovida durante el gobierno de Mariano Rajoy. Esto por confirmar.
Las cintas han generado acalorados debates. Se solicita una investigación urgente de estas revelaciones .
El origen de esas cintas conduce hasta los servicios secretos españoles. En concreto, al ex comisario de Policía José Manuel Villarejo, actualmente en prisión, y al empresario, Juan Vilallonga, próximo al círculo de amistades de Corinna.
Mientras el escándalo de supuesta corrupción acecha al rey emérito, su yerno, Iñaki Urdangarín, lleva 20 días en una prisión en cumplimiento de una condena de casi seis años por enriquecimiento ilícito.
Nobleza obliga, dice la tradición. Por lo que se ve, para algunos eso es agua pasada.
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