Estamos en medio de una crisis de proporciones insospechadas e inciertas en el ámbito económico. Los países evalúan y revalúan las consecuencias; los empresarios buscan respuestas que transformen la crisis en una oportunidad; los economistas hacen análisis proyectivos que muestran las consecuencias que esto traerá a la economía mundial. Hasta ahora todas las reflexiones no son muy alentadoras.
La incertidumbre generalizada es la realidad que nos embarga a todos y con perplejidad esperamos un reordenamiento económico y político del mundo.
Pero, éste no es el principal problema. Que exista un presidente que se siente con el poder y la autoridad para modificar la relación económica mundial, señalar que anexará territorios que no le pertenecen sea como sea, que se transforma en árbitro de los conflictos mundiales imponiendo sus criterios, que envía a cárceles de otro país a ciudadanos sin sentencia y en contra los tribunales, es una realidad desconocida de la cual no se sabe cómo salir.
Y aún más grave; que cuente con el poder de manejar el congreso y la corte suprema de su país, lo que le permite estar estudiando ya la forma de mantenerse en el poder a cualquier precio, como ya lo demostró al final de su primer periodo, pero ahora no necesita invadir el capitolio, sino ordenar sus huestes en el congreso.
El cuadro que se nos pinta hacia el futuro es de colores grises y negros. Un líder autoritario al mando de la primera potencia mundial. ¿Un matón de barrio, un nuevo emperador o un patrón del mal como algunos lo definen?
¿Qué vendrá mañana? No lo sabemos. Cuando quién detenta este tremendo poder es una persona que no representa los mejores valores de la sociedad. Es un comprobado mentiroso; en la elección anterior había medios que le llevaban un ranking diario de mentiras. Tiene una conducta sexual inapropiada, estando sentenciado por una de ellas; faltas de transparencia financiera, al ser el único candidato presidencial que no hace pública su declaración de impuesto durante la campaña presidencial y por muchos años evasor de impuestos; uso del poder en beneficio personal y público; hace algunos días, como una manera de ayudar al desplome de Tesla de su amigo y parte del gobierno Elon Musk, decide salir en los medios del mundo a apoyarla. A todo lo cual habría que agregar sus comentarios racistas, xenófobos, misóginos y sexistas, entre otros.
Manifiesta una supina ignorancia en muchos temas de la sociedad. Claramente en la economía que nos retrae a las visiones proteccionistas del siglo pasado, - que no trajeron mayor desarrollo a los países sino más pobreza- en su visión política del mundo, de las relaciones sociales, de la defensa del medio ambiente.
Es cierto, no tiene porqué conocerlo todo, para eso tiene asesores. Pero con la prepotencia que lo caracteriza, siempre sabe más que ellos y estos solo pueden ser "yes men" y apoyar sus locas decisiones, de lo contrario pierden la pega.
Me parece que estamos en una encrucijada muy grande y compleja. Como país, debemos ver esta realidad sin apasionamientos, de tal manera de no "despertar al león". Somo un pequeño país al fin del mundo que debemos buscar la manera de sacar provecho y a "río revuelto ganancias de pescadores". Siempre se dan oportunidades y hay que saber aprovecharlas. En hora de elección debemos mirar muy bien a aquellos que dicen identificarse con Trump. Estoy seguro de que somos un país más inteligente y no caerá en esos cantos de sirena, ni daremos espacios a aventuras políticas de esta naturaleza.
Necesitamos mucha serenidad e inteligencia de nuestros gobernantes y sabiduría de parte de todos los electores del país. En esto creo firmemente.
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