El 9 de junio de 2024 se realizaron las elecciones europeas en las que participaron los 27 Estados de la Unión Europea, para completar un Parlamento de 720 escaños. El partido ganador, lo mismo que en las elecciones de 2019, fue el Grupo del Partido Popular Europeo, que obtuvo 189 bancas, esto es 13 más que en las elecciones anteriores. Por su parte, manteniéndose en segundo lugar está el Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas, obteniendo 135 bancas, cuatro menos que en las elecciones de 2019.
Dos partidos experimentaron derrotas electorales importantes. Renovar Europa, formado principalmente por liberales, partido al que pertenece el presidente Macron de Francia, tuvo una pérdida de 23 escaños, pasando de 102 a 79 en la actual legislatura europea. En tanto el Grupo de los Verdes disminuyó 18 bancas, pasando a tener 53. Un quinto partido, formado por el Grupo de Izquierda obtuvo 39 bancas.
En lo que se refiere a la extrema derecha, ésta está representada por dos partidos en el Parlamento Europeo, los cuales tuvieron un auge considerable. El Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos ganó cuatro bancas obteniendo 76, siete más que en las elecciones anteriores; en tanto que el Grupo Identidad y Democracia logró 58, esto es nueve más que en las elecciones de 2019.
Más allá de estos resultados por bloques, la extrema derecha ganó en dos de los países más grandes de la Unión Europea, Francia e Italia, y resultó segunda en el principal país europeo, esto es en Alemania. En Francia, el partido Agrupación Nacional, continuador del histórico Frente Nacional, dirigido por Marine Le Pen, se convirtió en el primer partido con una votación de 31,4%, más que duplicando al partido Renacimiento y coalición del presidente Macron. Como consecuencia de esta derrota, el mandatario francés disolvió la Asamblea Nacional convocando a elecciones para el 30 de junio y 7 de julio, en primera y segunda vuelta, respectivamente.
Por su parte, en Italia, el partido Hermanos de Italia, de la primera ministra Giorgia Meloni, logró 24 de las 76 bancas que aporta Italia al Parlamento Europeo, alcanzando casi el 29% de los votos. Comparado con los resultados de las elecciones europeas de 2019, esto implica un incremento de 14 bancas. En Alemania, si bien es cierto la unión de social cristianos y demócratas cristianos de la CDU/CSU resultó ganadora con el 30% de los votos, el segundo partido más votado fue Alternativa para Alemania, con casi el 16% de los votos, superando al partido Social Demócrata del canciller Olaf Scholz.
Los partidos de extrema derecha alcanzaron también victorias importantes en los países de Europa oriental, Bélgica, Austria y Países Bajos, entre otros. En tanto, en la Península Ibérica, se produjeron algunos casos llamativos. El partido español Vox se mantuvo en el tercer lugar con seis de los 61 escaños que elige España, lo que corresponde a casi 10%. Sin embargo, más a la derecha de Vox apareció un partido con un discurso más extremo, Se Acabó la Fiesta, que logró tres bancas. En el caso de Portugal, por primera vez en la historia la extrema derecha llegó al Parlamento Europeo con el partido Chega (Basta), que aportó dos de los 21 escaños de Portugal.
Una vez señalados estos resultados, cabe realizar algunas observaciones. La primera es que la extrema derecha está dividida en dos bloques en el Parlamento Europeo. Al Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos pertenecen, entre otros, los partidos Vox, Hermanos de Italia, Ley y Justicia (Polonia), mientras que al Grupo Identidad y Democracia están integrados Agrupación Nacional (Francia), Alternativa para Alemania y la Liga (Italia), entre otros.
Aunque han existido algunas iniciativas para unir a ambos grupos, especialmente dirigidas por Matteo Salvini, vicepresidente de Italia y líder del partido Liga, hasta el momento esto no ha sido posible, debido a algunas divergencias que dicen relación, entre otros temas, con la guerra en Ucrania y con la posición frente a las instituciones comunitarias europeas. De concretarse esta unión, estaríamos frente a un partido con 131 escaños, alcanzando el tercer puesto, muy cerca de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas.
La segunda consideración importante dice relación con si se aplicará la "fórmula" del "cordón sanitario" para hacer frente a las fuerzas de extrema derecha en el contexto de la UE, esto es una unidad de fuerzas desde la izquierda a la derecha tradicional, que impida su llegada a los órganos centrales europeos. Esto que sirvió en las décadas pasadas, especialmente en algunos países como Francia, hoy presenta un desafío mayor debido al éxito que han tenido las formaciones de ultraderecha.
Más allá de estas consideraciones, el voto a la extrema derecha tiende a ser un voto en contra de la migración, especialmente la proveniente de los países musulmanes; en contra de una agenda verde; y a favor de una mayor soberanía nacional frente al rol creciente de las instituciones europeas. Las elecciones de noviembre de 2024 en Estados Unidos, de concretarse un triunfo del expresidente Trump, pueden ser un aliento importante para la extrema derecha, tanto en Europa como en América Latina.
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