Si en la mitad del Siglo XX existió "la carrera espacial" entre USA y la Unión Soviética, por quien llegaba primero a la Luna, en el 2025 hay una nueva, "la arancelaria". Solo que ésta vez se repite solo un protagonista: Estados Unidos. Porque con la URSS desintegrada en 1991, China tomó su lugar y se encaramó como una potencia mundial emergente.
Hecha la analogía, es importante decir que cuando Donald Trump hace una semana anunció un alza de aranceles con una tasa adicional de 10% a Chile, el Presidente Gabriel Boric se encontraba de gira en India, donde lamentó esta medida calificándola de "unilateral" y agregando que "en estas decisiones veo grandes oportunidades". Hasta ahí todo bien, pero el Mandatario no tuvo una mejor idea que -en el punto más álgido de la relación con Estados Unidos- declarar: "Trump representa todo lo que rechazo". Como en tantas otras oportunidades, Boric olvida que las materias internacionales son un asunto de Estado y que debe evitar los comentarios personales e ideológicos. ¿Por qué no dejar el tema en manos del canciller Van Klaveren o de Marcel?
Trump se equivoca con esta medida "unilateral" como la llamó Boric, sí. Porque lo que él hace es tomar una decisión arbitraria y vulnerar un tratado de libre comercio vigente hace más de 20 años entre Estados Unidos y Chile. Pero nuestro Presidente yerra al alejar más los puntos de encuentro y permitir que los conspiranoicos de nuestro país crean que esto se debe exclusivamente a una animadversión de Trump porque nos gobierna la izquierda. Dicho lo anterior, lo que no se dice, es que durante la administración pasada, Trump no efectuó ningún alza de arancel. Sin embargo, ésta vez, no fue solo a nosotros, sino que fue una imposición de gravámenes contra la mayoría de sus socios en el marco de la guerra comercial abierta por su administración para aplicar su agenda. "Los aranceles son la única manera de curar los déficit financieros masivos con China o la Unión Europea", se justificó Trump. Al parecer no se trata de algo personal.
Como sea, en toda guerra no puede haber solo un retador, también se necesita de la comparsa. Y, así las cosas, tras el anuncio de Estados Unidos, el principal socio comercial de Chile, China igualó el aumento arancelario anunciado por Donald Trump la semana anterior, elevando la tensión en una guerra comercial que podría terminar en una recesión perjudicial para diversas naciones. Por el momento, las consecuencias y alertas, se encendieron con las acciones de los mercados asiáticos desplomándose a primera hora de este lunes tras el colapso del pasado viernes en Wall Street, generando un incierto y volátil escenario en la economía mundial. Por nuestra parte, Chile ha tomado resguardos y las autoridades dicen que seguirán trabajando en aquello e, incluso, hasta candidatos presenciales se atreven a lanzar planes de acción.
Mientras en la carrera espacial aún no se sabe qué país ganó (ambos obtuvieron logros) esperamos que en la actual con una configuración distinta en el nuevo orden mundial, triunfe el diálogo, el cumplimiento de los tratados y las certezas en la economía. Porque si una flaquea, todos pendemos de un hilo, sobre todo un país pequeño como el nuestro con dos de sus principales aliados comerciales enfrentados.
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