Poco duró la alegría al presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy.
El alivio que significó la aprobación in extremis en el Congreso del presupuesto General del Estado se desmoronó escasas horas después por un fallo judicial implacable que lo pone entre las cuerdas.
Una sentencia de la Audiencia Nacional determinó que el Partido Popular y el Gobierno de Mariano Rajoy crearon “un sistema de corrupción institucional a través de mecanismos de manipulación de la contratación pública”.
Culmina así la investigación de casi diez años de la llamada “trama Gurtel”, palabra alemana que significa correa, en alusión al apellido del promotor de la red de corrupción, Francisco Correa , quién ha sido condenado a 51 años de cárcel, la máxima pena impuesta a los 29 procesados. Entre todos los implicados suman 351 años de cárcel más el pago de multas millonarias .
La moción de censura o el anticipo de elecciones está en la mesa de las diferentes agrupaciones políticas.
El castigo impuesto al que fuera tesorero del Partido Popular durante más de una década, Luis Bárcenas, es sin duda la carga explosiva que amenaza con llevarse por delante a líderes históricos de la agrupación y ,tal vez, a figuras en cierne llamadas a seguir la senda marcada en su día por el ex presidente José María Aznar y que continuó Mariano Rajoy.
Bárcenas había advertido que si su mujer era implicada en esta trama, él estaba dispuesto a “tirar de la manta” y contar todo lo que hasta ahora se ha callado.
Precisamente, entre las condenadas está su esposa, Rosalía Iglesias, acusada de blanquear dinero proveniente de sobornos a empresas. Lo que confiese Bárcenas, cuando los jueces abran otras causas pendientes, podría acabar con un partido que había vendido una imagen de honestidad y transparencia impoluta.
La sentencia dictada por la Audiencia Nacional española y que algunos consideran “exagerada” o “demasiado dura” estima que entre el 2000 y 2008, la red corrupta obtuvo ingresos ilícitos por más de 11 millones de euros.
También deja probado que en el Partido Popular existía desde 1989 una caja B, una estructura financiera paralela a la que operaba esa agrupación política, “para sobornar a autoridades políticas y funcionarios”.
Y es este apartado el que deja a mal traer al actual presidente del Gobierno español. Los jueces dan crédito a las declaraciones de Bárcenas y consideran “inverosímil” el testimonio dado por Mariano Rajoy, quién declaró que siendo presidente del Partido Popular, nunca tuvo conocimiento de la existencia de una contabilidad paralela o caja B.
Un presidente de gobierno sin credibilidad es la antesala de un adiós sin retorno.
El terremoto político que ha generado la sentencia de la llamada “trama Gurtel” ya comienza a dar señales.La moción de censura a Rajoy es vista como inevitable y ha obligado a mover ficha a los partidos de la oposición.
Los socialistas, que han salido muy mal parados en la última encuesta, tercer lugar tras Ciudadanos y Partido Popular, y en estrecha pelea con Podemos, para no bajar al cuarto puesto, se han convertido en protagonistas inesperados.
Pedro Sánchez, Secretario General, lo ha dicho alto y claro. Ha presentado una moción de censura “para constituir y formar un Gobierno del PSOE “.
Podemos, grupos de izquierda, y nacionalistas ( incluidos independentistas catalanes) habían anunciado previamente que apoyarían a Pedro Sánchez en una propuesta para sacar a Mariano Rajoy de la presidencia.
Ciudadanos, que llegó a la escena política como renovador de la centro - derecha española, constitucionalista y dispuesta a luchar contra la corrupción, tiene la difícil tarea de definir su cometido en este mapa revuelto en el que se ha convertido España.
Mariano Rajoy ha salido al paso de la moción de censura presentado por el líder socialista y considera que perjudica la estabilidad y la recuperación económica de España. Sobre la sentencia del caso Gurtel reitera que nadie del Gobierno ha sido condenado y añadió que la credibilidad la otorgan los ciudadanos.
Rajoy, fiel a su línea, no se da por aludido por los ataques de la oposición y minimiza la sentencia en la que se menciona sus poco o nada convincentes declaraciones respecto a su ignoracia de una trama corrupta en la sede de su partido. Con ello, espera agotar el periodo legislativo.
Por último, recordar que el juicio de la llamada trama Gurtel no es el único frente que pone en entredicho la transparencia del Partido Popular. Están pendientes siete causas por corrupción.
Y a ello se añade el caso de Eduardo Zaplana, ex ministro y ex presidente de la Generalitat Valenciana, en la cárcel desde hace unos días, por blanqueo de 10 millones de euros provenientes de cobros ilegales y ocultación de dinero en paraísos fiscales.
Hay un protagonista de todo este escándalo político-policial que sonríe y recibe las llamadas de los medios para dar su opinión. Es el juez Baltasar Garzón. Fue quién destapó la trama. Su osadía le costó la carrera judicial.
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