Teresa, perdónanos porque los que asesinaron a tu amado hijo Camilo, son a la vez hijos del sistema social, político, económico y cultural que con tanto esmero hemos pulido y profundizado estas decenas de años.
Efectivamente, la lógica de ver enemigos en el pobre, en el mapuche, en el diferente es parte de lo que construimos y se expresa en mentalidad militarizada y en brutalidad policíaca.
Como las cosas funcionaban, como se había disminuido drásticamente el número de pobres, como el país se había modernizado, como tantos viajaban cada año a recorrer y conocer el mundo, dejamos la estructura de instituciones anquilosadas y cebadas con el poder y el dinero a su arbitrio.
Nuestros ministros de Defensa e Interior viajaban en el Aquiles, se ponían uniformes de reservistas, compartían whiskies de cintas azules y quien sabe cuántas cosas más.
No es de ahora la brutalidad contra el pueblo mapuche, Teresa. En la memoria están Alex Lemún; Matías Catrileo; José Huenante, desaparecido hasta el día de hoy en manos de carabineros; Jaime Mendoza Collío, y así, nombres que se van sumando en un largo listado de abusos, crímenes y encubrimientos.
Teresa, pero también abusan, mienten, se encubren en otras situaciones. Siempre en la línea ya anunciada, contra el pobre, el mapuche, el diverso. En Iquique desapareció, también en manos de carabineros, José Vergara, un joven pobre y con problemas de salud mental.
Tú que pariste valiente a Camilo, que tuviste que ver sus últimos minutos de vida en manos de desalmados, tú que sientes y sabes que tu hijo será un hito en la lucha de tu pueblo, tú que lo amaste y lo guiaste, tú, Teresa, por favor, perdónanos.
Carabineros, el Ejército, el mundo armado siguen siendo organismos financiados por todos y todas, pero puestos al servicio de la protección de un sistema que margina y mata.
Perdónanos por el dejar hacer, por la omisión, por el silencio, por esta sociedad que nos embruteció y cooptó.
El crimen de tu amado hijo es la consecuencia de años y años de dejar hacer; de un Estado que se contentó con estadísticas, con promedios, con la OCDE, con disfrazar la pobreza con una aparente modernidad comprada en 48 cuotas; con miles de jóvenes primera generación en las universidades que invierten años de su vida profesional en pagar ese privilegio; con militarizar la Araucanía, porque el diálogo real con el pueblo mapuche es responsabilidad que le quedó grande.
Tras los últimos acontecimientos más preguntas que repuestas. Hermes Soto no tiene el respeto ni el ascendiente sobre sus tropas.
Carabineros necesita ser una organización con control civil, con filtros de ingreso que den a la ciudadanía la certeza de que los abusos, las mentiras, los crímenes, el encubrimiento, terminarán y con mecanismos de administración de recursos claros y transparentes en que las “compras estratégicas” dejen de ser el opaco manto que permite la corrupción.
Teresa perdónanos por tu pérdida, por lo que has tenido que vivir.
Perdónanos, porque este país - nuestro país-, en lugar de abrazarte, de darte paz y seguridad, te ha dado el dolor más grande que ninguna madre merece.
Simplemente, perdónanos.
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