Mucha información transita en las redes sociales sobre los paseos de los perros. A pesar de que en el inconsciente colectivo ya está instaurada la idea de que estas salidas son importantes, aún existen dudas sobre cómo llevarlas a cabo de manera segura y satisfactoria. Aquí algunas pistas al respecto.
Lo primero que debemos saber es por qué son importantes los paseos. En estas actividades los perros deben dar respuesta a 4 necesidades básicas, que son: ejercitarse, orinar y defecar lo más lejos posible de donde comen y duermen, explorar y socializar con individuos desconocidos. Si bien en un patio grande o una parcela, las dos primeras necesidades se pueden cubrir, las dos últimas solo se resolverán fuera del hogar.
Para que estas instancias sean de real utilidad, nuestras mascotas deben seguir estas cuatro recomendaciones claves. Por ejemplo, si está la posibilidad de dar tres paseos al día de 20 minutos, existe la opción de elegir qué haré en cada uno. En la mañana puedo llevarlo a ejercitarse, al medio día ir a recorrer un lugar que no hemos visitado antes y por la noche a una plaza a que socialice con otros perros y personas.
En su defecto, puedo dar una vuelta muy larga en que satisfaga todas sus necesidades. Parece muy exigente, pero esto va en directa relación con el bienestar de los perros, además que están súper demostradas las ventajas de salud física, mental y emocional que proporciona a los tutores el salir junto a ellos. También es necesario mencionar que para que un paseo sea satisfactorio, los animales deben ser socializados de manera correcta desde las primeras semanas de vida, acostumbrarse a compartir con otros perros y personas desconocidas, conocer olores, sabores, texturas y ruidos.
Esto parece contradecir el consejo deque prácticamente "no pisen el suelo" antes de completar su calendario de vacunas, lo cual no está mal; pero el problema es que solo nos estamos enfocando en la salud física, dejando de lado los posibles daños mentales y emocionales que esta acción puede generar en las mascotas para el resto de sus vidas. La invitación es a asesorarse por veterinarios etólogos que indicarán de qué forma se puede llevar a cabo una socialización segura a temprana edad.
Ahora, retomando la idea anterior, en el caso de que el perro pasee tirando de la correa insistentemente, queriendo interactuar de forma inadecuada o agresiva con otros animales y sin prestar atención al entorno, el paseo no está cumpliendo con los requerimientos de la mascota. Por lo tanto, el consejo es dejar el estrés de lado, solicitando ayuda profesional para que estas salidas sean agradables y funcionales.
No puedo dejar de mencionar lo importante que es comportarnos de manera cívica y responsable cuando se circula por sectores públicos. Todos los perros deben ir con un medio de sujeción constante a menos que los liberen en lugares habilitados para estos fines. Además de preocuparse de no incomodar a los transeúntes que caminan a nuestro lado, quienes pueden tener miedo, por lo que es nuestra obligación, evitar situaciones de conflictos.
Por último, se debe tener conciencia del tamaño y fuerza de la mascota, considerando que, aunque se porte bien o sea muy obediente, en un caso de acción imprevista, donde florezca el legítimo instinto animal, se debe controlarla situación, evitando accidentes.
La invitación es a incluir los paseos dentro de la rutina diaria del actual o futuro perro, porque es muy necesario para ellos y puede marcar la diferencia para su propia salud física, mental y emocional.
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