A pocas semanas de celebrarse la COP 29 en Bakú, Azerbaiyán, el mundo se enfrenta a un desafío crítico: Transformar promesas en acciones tangibles. La COP 29 ya ha sido apodada la "COP de las finanzas", pero más allá de la retórica y las expectativas, este evento representa una oportunidad histórica para que las empresas del mundo tomen un rol protagónico en la lucha contra el cambio climático. El presidente designado de la COP 29, Mukhtar Babayev, ha subrayado que se necesitarán "todas las manos a la obra" para avanzar en los dos pilares fundamentales: el aumento de la ambición y la facilitación de las medidas concretas de acción.
Chile está muy lejos y, probablemente, no habrá una representación numerosa del sector privado este año, pero la próxima COP30 será en Brasil, y ahí tenemos que llegar con reales avances. Esto significa que, en esa oportunidad, más allá que este año, como país mostremos resultados, podemos intensificar la participación, pero para ello, debemos tomar compromisos más ambiciosos desde ahora.
Pacto Global ha llamado a tomarlos en cinco áreas prioritarias, entre ellas, la de acción climática. Avanzar + Rápido (Forward Faster) invita a las empresas a asumir metas específicas en plazos determinados. Es el momento para que las que aún no lo han hecho, se comprometan de manera decisiva a reducir sus emisiones, adoptando energías limpias y promoviendo la eficiencia energética. Además, con un mercado de carbono que aún enfrenta desafíos para su plena operatividad, Chile debe abogar por un sistema robusto y transparente que evite el lavado de imagen verde y garantice reducciones reales de emisiones.
Es esencial que todas las empresas en Chile no sólo cumplan con sus obligaciones legales, sino que vayan más allá, adoptando prácticas sostenibles, como ya lo hace una parte, que generen un impacto positivo en el medioambiente y en la sociedad. Esto no sólo es una cuestión de sostenibilidad, sino también de competitividad en un mercado global cada vez más consciente y exigente.
La COP 29 abordará principalmente la financiación climática y la necesidad de aumentar los fondos para pérdidas y daños, temas en los que el sector privado puede y debe jugar un rol crucial. Es imperativo que las empresas contribuyan activamente a la financiación de proyectos sostenibles y a la implementación de tecnologías verdes que puedan ayudar a mitigar los efectos del cambio climático. En este contexto, las empresas chilenas tienen la oportunidad de liderar con el ejemplo, para cumplir con los compromisos internacionales y para inspirar a otras naciones que es posible hacer negocios de manera sostenible. La transición hacia una economía verde es inevitable, y aquellas que tomen medidas audaces y proactivas estarán mejor posicionadas para enfrentar los desafíos futuros.
La cuenta regresiva hacia la COP 29 ha comenzado, y el mundo observa. El futuro de nuestro planeta depende de las decisiones que tomemos hoy, y Chile tiene la oportunidad de ser un líder en este esfuerzo mundial. Aunque es difícil estar presente en Baku este año, y no muchos harán esa escala, se pueden dar pasos significativos para haber logrado avances importantes al llegar a Brasil.
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