Las protestas ocurridas en los últimos días en nuestro país hablan por si solas, y además de aplaudir que los chilenos hemos decidido protestar para buscar soluciones estructurales, hay que pasar de las palabras y discursos a los hechos. Para esto será necesaria voluntad política, pero también empresarial.
Es el momento de dar un giro y avanzar hacia un modelo de desarrollo sostenible. Hay hechos que son irrefutables, y que particularmente desde 1970 a la fecha se están llevando a cabo-
Estamos empujando algunos sistemas ambientales más allá del límite que son seguros para la humanidad.
Utilizando los recursos naturales a un ritmo más rápido del que pueden reponerse.
Los resultados económicos y sociales no están siendo repartidos equitativamente en la sociedad, lo que genera profundas desigualdades, principalmente en países en vías de desarrollo.
Un desarrollo sostenible debemos entenderlo como uno que satisfaga las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus necesidades. Que tenga como base que el desarrollo es sobre personas y no objetos, que crecimiento no es lo mismo que desarrollo y que desarrollo no necesariamente requiere crecimiento.
Los tomadores de decisión deben tener conciencia que las decisiones que se adopten tendrán consecuencias en el diario vivir de las personas.
Por lo tanto junto a la agenda social, debe haber una agenda de sostenibilidad, que coloque a la economía al servicio de la sociedad y el medio ambiente, lo que traerá cambios profundos de hacer negocios y aplicar políticas públicas.
Debemos avanzar primero hacia una economía que se haga cargo de sus desechos y la contaminación que generan los productos y servicios, tal como en Europa, en donde existe separación de la basura domiciliaria que es enviada para reciclaje.
Segundo, hacia sistemas de regeneración natural y tercero a mantener productos y materiales en uso, pasando de una cultura de lo desechable a lo reutilizable, lo que además abre un mercado gigante. Pasar de una economía lineal a una circular.
Los objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, son una guía para buscar un nuevo modelo. Pero Chile está al debe en este sentido, es poco lo que se ha avanzando y poco lo que las Municipalidades, por ejemplo, están haciendo al respecto. ¿Por qué? Hay escasa voluntad política para hacer planes de trabajo a largo plazo. Hay ciudades en el Reino Unido que en conjunto a las Universidades, sociedad civil, gobierno central y local, y ONGs, han planteado planes de desarrollo al 2030 y al 2050. Un gran ejemplo es el One City Plan de la ciudad de Bristol.
Chile debe avanzar hacia políticas públicas que involucren también al sector privado, que sean de largo plazo y no solo de 4 años.
Los ciudadanos debemos exigirles a todos los candidatos a cargos de representación popular que expliciten el modelo de desarrollo que quieren, solo así podremos saber si buscan un modelo agotado y obsoleto o un modelo de desarrollo sostenible para las actuales y nuevas generaciones.
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