El cambio climático y calentamiento global lo vivimos dramáticamente. Pero, hasta algunos Presidentes lo niegan. Como todos dicen que hay bases científicas para ambos lados, conviene precisar caracteres fundamentales.
Casi la totalidad de los seres vivos obtienen su energía de compuestos carbonados, llamados así porque su base es el carbono (C). Estos elementos son los hidratos de carbono, azúcares y masas, compuestos de C, Oxígeno (O) e Hidrógeno (H), de los lípidos o grasas, también compuestos de C, O e H pero con mayor proporción de H, que al tener más H constituyen los hidrocarburos, de aminoácidos, las unidades de las proteínas con C, H, O, más Nitrógeno (N) y Azufre (S) y los ácidos nucleicos ADN y ARN que agregan Fósforo (P).
La forma de obtener la energía para vivir es quemar con oxígeno estos compuestos hasta descomponerlos en Anhídrido Carbónico (CO2) y agua (H2O) y otros componentes sulfurados y fosforados.
Hay unos pocos organismos que utilizan otras vías energéticas y no consumen O ni generan CO2. Entonces la Fuente principal de origen del CO2 y de consumo de O son los seres vivos, tanto animales, como plantas o protistas unicelulares.
El otro componente importante de esta producción o consumo son los seres fotosintéticos que producen oxígeno de la descomposición fotolítica del H2O y generan energía y poder reductor (electrones) con los que consumen CO2 y lo transforman en los compuestos carbonados ya enumerados elementos que construyen la biomasa (todos los seres vivos) del planeta.
Los principales fotosintetizadores, no son las plantas terrestres como pudiera suponerse sino las algas y unicelulares acuáticos, principalmente las cianobacterias, de océanos, mares, lagos, ríos, etc.
Más del 80% del oxígeno y de la biomasa es generado así en las masas de agua del planeta, pero también una gran cantidad de CO2 que no se nota ya que es consumida por los mismos organismos para generar la biomasa.
Cuando se culpa a las empresas quemadoras de compuestos carbonados como las únicas responsables de producir la debacle del calentamiento global por su producción de CO2, se comete un error ideológico, o de valoración, grave.
Estas empresas tienen responsabilidad en estos últimos 100 años en acelerar en parte la producción del CO2 por la quema de sustancias carbonadas, especialmente hidrocarburos (bencinas, parafinas, diésel) en forma indiscriminada y por lanzarlos directamente a la atmósfera.
Si consideramos el CO2 que producen los 8 mil millones de seres humanos con todo el ejercicio que hagan incluidos los certámenes deportivos, más lo que producen todos los seres vivos del planeta, no podremos culpar sólo a las empresas. Pero las empresas pueden disminuir su CO2, los seres vivos no pueden dejar de respirar.
Respecto del calentamiento global y el efecto invernadero, cabe precisar, que la tierra se calienta por la irradiación solar y por la producción de calor por los seres vivos.
Hay un equilibrio con el calor radiante porque este sale por radiación desde la tierra. Esa radiación no puede ser expedita si hay gases como el CO2 y otros que se acumulan en la atmósfera e impiden esta radiación y generan el mal-llamado efecto invernadero, lo que tiene un efecto positivo, de otra forma la tierra se congelaría.
Pero hay calor no radiante de la energía cinética de las partículas, átomos, moléculas u otras que se produce inexorablemente, y parte de el es calor inútil, en cualquier proceso materio-energético.
Este calor inútil aumenta la condición térmica azarosa bien descrita por la segunda ley de la termodinámica; este calor produce mayormente el calentamiento global. Pero es un error ideológico culpar a las empresas “carburadoras” como las máximas responsables del calentamiento global. No lo son.
Pensemos en todos los vehículos del mundo, incluidos los aviones y embarcaciones cuando se mueven y su contribución al calor del planeta es monstruosa. Si utilizan hidrocarburos están contribuyendo además del CO2 con el calor propio de la combustión que calienta al medio ambiente, más todo el movimiento de las maquinarias que produce calor inútil, más toda la fricción de sus partes con el aire, agua o suelo. Imaginemos un auto de carrera y la fricción de sus ruedas con el suelo y el calor inútil que eso produce, y tendremos un panorama dantesco de calentamiento global.
Puede pensar, el ingenuo, que con energías limpias renovables va a terminar con el problema, no, lo va a reducir un poco, pero aún la energía eléctrica que produce movimiento es poco efectiva y mucho de ella se pierde en calor, un auto eléctrico que hace el mismo recorrido, a la misma velocidad que uno a hidrocarburo, produce el mismo calentamiento por sus ruedas y movimiento de sus piezas.
Pero todo esto es poco. Los seres vivos necesitan calor para vivir y queman compuestos principalmente carbonados para mantenerse vivos, y en eso pierden energía como calor y calientan el medio.
Pensemos en el calor generado por los 8 mil millones de seres humanos, con todos sus aparatos que generan calor al funcionar, y entenderemos que el problema no es soluble con la simple petición que las empresas contaminantes con CO2 reduzcan su producción.
Un refrigerador genera frío para adentro pero más calor hacia afuera y ¿cuántos refrigeradores hay funcionando en el mundo?
¿Se salvan las empresas? No. La contaminación más tóxica de las empresas son sus productos tóxicos, arsénico, plomo, mercurio, compuestos orgánicos, cianuro, plásticos, hidrocarburos, ácidos, pesticidas, etc.
Su ataque más incisivo e irreversible es la reducción de la variabilidad biótica, la extinción de especies, el empobrecimiento ecológico, etc.
Defender a las empresas como limpias de polvo y paja, y negar su efecto destructivo del medio ambiente es también una posición ideológica sesgada; aún empresas dichas sustentables, lo que no existe porque la sustentabilidad se evalúa con pocas variables elegidas sesgadamente, producen estos desastres.
Nadie vio las especies no conocidas aún que la quema del Amazonas produjo o produjo una contaminación ambiental de una empresa.
La quema del Amazonas es grave, pero no tan solo por la producción de CO2, humo y material tóxico atmosférico, sino por la extinción de la oxigenación que esa masa biótica producía y por su contribución a la reducción del CO2 por fijación en la fase oscura de la fotosíntesis.
No es posible que alguien diga que el Amazonas pertenece a un país (geográficamente falso, además). El oxígeno que produce y el CO2 que consume pertenece al planeta, y si de propiedad se trata, a toda la humanidad.
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