En el contexto del nuevo Plan de Descontaminación Atmosférica para la región Metropolitana, se plantea expandir la restricción vehicular de carácter permanente, a vehículos con convertidor catalítico con antigüedad mayor al año 2012.
Sin perjuicio de apoyar las medidas de la autoridad para mejorar la calidad del aire en la región, no resultan claras las ventajas que se pretenden obtener con la medida señalada.
En efecto, como resultado de la aplicación de la restricción en cuestión, aparentemente se calcula en forma directa, que el porcentaje de vehículos afectos a la restricción no efectuarían los viajes correspondientes, por lo que se descontarían estas emisiones con la consecuente rebaja en la contaminación.
No obstante, la población tiende a adecuar su comportamiento para realizar sus viajes en forma similar a los días sin restricción. La experiencia comparada señala entre otros que intentarán.
Salir más temprano y evitar el horario de la restricción.
Utilizar un segundo vehículo, con placa patente de un número distinto al de la restricción. Esto podría desembocar, en que se adquiera un vehículo adicional en aquellas familias que posean solo uno.
No respetar la restricción.
En el año 2010, se realizó un estudio para la RM, el cual concluyó que las restricciones de la época, en días de pre-emergencia, afectaron al 20% del parque de vehículos, pero la reducción de viajes fue de solo 5,3%.
Al respecto es necesario conocer información actualizada que posee el Gobierno sobre esta materia, puesto que de no existir, resulta temerario tomar medidas como ésta, con información tan negativa o simplemente inexistente.
Asimismo, sería interesante conocer las razones de la autoridad, para no considerar otro tipo de medidas que es posible tomar en forma previa.
Por ejemplo, desincentivar el uso del automóvil. Mejorar el transporte público es una estrategia utilizada para tal efecto, de manera que desde los inicios del Transantiago, el Gobierno ha desplegado considerables esfuerzos en solucionar sus múltiples problemas, que han conseguido mejorar el sistema en algunos aspectos, sin conseguir llegar a una percepción de satisfacción en los usuarios; en consecuencia, la mejora del transporte público vista como desincentivo al uso del automóvil, deberíamos reconocer que en buena medida ha fracasado.
En el mismo sentido, no resulta claro que se hayan analizado otras medidas, cómo el aumento de pasajeros por vehículo, disminución de carriles para automóviles, tarificación vial, prohibición de ingreso en ciertas áreas congestionadas en algunos horarios, aumento de la inversión en nuevas líneas de METRO entre otras.
Adecuar los horarios de inicio de las distintas actividades de colegios y oficinas entre otras, para alargar el intervalo del horario de punta en la mañana.
En consecuencia, se hace necesario que las Autoridades den a conocer los antecedentes que se tuvieron a la vista para proponer una medida como la analizada, que esperamos haya tenido en cuenta más allá de los aspectos considerados en esta nota, las experiencias nacionales e internacionales en esta materia.
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