Candidatos, es la hora de las ideas

El país se enfrenta al periodo de mayor incertidumbre en décadas. Cuando hago referencias al concepto incertidumbre deseo quitarle toda carga negativa y aclarar que sólo me refiero a una falta de certezas. Esta incertidumbre ha venido germinando desde octubre de 2019 con las mayores movilizaciones desde el retorno a la democracia, la cual nos llevó a un plebiscito de entrada que decidió la creación de una propuesta constitucional a través de un órgano 100% electo por la ciudadanía.

Adicionalmente, ayudando a esto, desde marzo de 2020 nos enfrentamos a la pandemia con mayor impacto sanitario y económico en más de 100 años. Probablemente, y por las dimensiones de lo que ha sido el Covid-19 sólo la próxima pandemia podría superar sus consecuencias.

Y si bien la carrera por la inoculación de las vacunas está en marcha, aún no sabemos cuánto es la inmunidad o cuánto se demorará el mundo en tener la llamada inmunidad de rebaño.

En el primer caso, sólo la elección de abril nos dará algunas luces de cómo será esa propuesta constitucional por la configuración que tendrá la Convención. En el segundo caso, el desconocimiento de esta enfermedad altamente contagiosa impacta directamente en la vida de las personas poniendo en juicio desde sus fuentes laborales hasta sus propias existencias.

Por lo todo lo anterior y otras situaciones, nos encontramos en un período de importantes incertidumbres, por lo que quién encabece el próximo Gobierno se torna una decisión importante. Sin embargo, estamos mareados con una serie de encuestas de opinión que han logrado crearnos realidades sobre quiénes son los liderazgos presidenciales. Esperamos ansiosos la próxima encuesta para saber si el candidato X superó por fin a Z, o si la candidata Y logrará aparecer en la próxima, volviendo la elección presidencial en una simple y vulgar competencia de popularidad.

Este fenómeno nos tiene con una absoluta ausencia de propuestas, y el debate está centrado en cuñas que nos digan si la oposición y el oficialismo celebrarán una o varias primarias, o si los partidos tendrán figuras de enganche para las fotos de la elección en abril. Nos encontramos a 10 meses de una elección que decidirá quién será el próximo presidente o presidenta, y aunque sea un Mandatario de transición será quien heredará el mayor endeudamiento fiscal en años, la incertidumbre de posibles recontagios, el trabajo de la Convención y tendrá que -eventualmente- implementar una nueva Constitución.

El próximo Gobierno no tendrá comparación en toda la Historia Política de Chile, y aún nos encontramos en cuestionamientos que resultan suntuarios. A la actual gestión le quedan pocos meses, y deberá concentrarse a una masiva vacunación para dejar como legado, cada vez se le hace más complejo tareas como lograr un acuerdo en materia de pensiones.

Esto vuelve urgente que quienes deseen encabezar la próxima gestión deberán contestar a las preguntas de cómo recuperarán la economía, revalorizarán a instituciones fundamentales para la democracia como las policías, y ¿por qué no? Qué harán con las pensiones. Es hora que las candidatas y los candidatos nos digan -dejando de lado con quiénes- cómo lo harán y en qué se diferencian entre ellos.

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