Dignidad y vocación nacional y popular

Gonzalo Wielandt

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La propuesta constitucional de la Convención apunta al desmantelamiento del Estado-Nación y con ello la eliminación de la república democrática. Estos ejes se reflejan por la creación del Estado Plurinacional que divide el país territorialmente según grupos étnicos. En segundo lugar, el deterioro de la división de poderes del Estado a raíz de mecanismos de intervención política del legislativo y judicial.

Tal deterioro democrático se profundiza con la derogación de los recursos de protección, llevándolos a su mínima expresión donde los ciudadanos no tendrán ningún derecho ante los abusos del Estado y de los poderosos. Sin profundizar mucho en el aborto, prácticamente durante todo el embarazo, legalizando el asesinato de niños nonatos, así como en la eliminación de la familia chilena como núcleo base de la sociedad y de los padres como protectores de sus hijos, el texto de la convención constitucional propone que el pueblo de Chile derogue su dignidad personal, como nación y como pueblo.

Siguiendo con lo anterior, las autonomías de los territorios tendrían una determinación tal, que la soberanía nacional de Chile se vería amenazada, dado que podrían tomar decisiones más allá de los derogados intereses nacionales. Asimismo, la fragmentación del país que propone, crearía un Estado impotente para garantizar derechos sociales, lo que conforma a la propuesta constitucional no sólo en una mentira, sino que fundamentalmente en una trampa totalitaria que pretenden encarcelar al pueblo de Chile para el control total del poder.

Por lo tanto, la lucha contra el texto de la convención es una lucha por la dignidad de Chile y su pueblo En este sentido, el rechazo es la opción de vocación nacional y popular que trae de vuelta la esperanza democrática a Chile.