El camino del mensaje presidencial

El 1 de junio fue la primera Cuenta Pública del Presidente Gabriel Boric ante el Congreso Pleno, en la ciudad de Valparaíso. Como es natural el interés nacional estuvo dirigido a sus páginas y párrafos más relevantes.

El ancho arco de las fuerzas que apoyan las reformas sociales en Chile, tengan o no tareas de gobierno, apoya la voluntad que expresó el Primer Mandatario de defender el estado de Derecho y fortalecer la seguridad pública, así como, la reafirmación de su voluntad de realizar las transformaciones comprometidas para avanzar hacia un Chile más digno y justo.

En el ámbito de educación, salud, previsión y vivienda resulta imperioso ejercer los derechos fundamentales que un Estado social y democrático de derechos debe asegurar a las familias. Ese objetivo se une inseparablemente a la aprobación de la nueva Constitución, nacida en democracia.

Con esa perspectiva es decisivo que el gobierno del Presidente Boric tenga éxito en su decisión de iniciar, durante el mes de junio, el trámite en el Congreso Nacional de la reforma tributaria necesaria para contar con los recursos que, sumados a los que ya es capaz de recaudar el Fisco, hagan posible el financiamiento de las reformas de modo que estas sean sostenibles en el tiempo y cumplan su objetivo de asegurar los derechos sociales fundamentales de cada hijo e hija de esta tierra.

Naturalmente, los sectores reaccionarios o ultraconservadores no reciben estos criterios con una sonrisa en los labios. La mezquindad los guía. Así como lo hicieron otras veces, se pusieron de inmediato en contra de las orientaciones trazadas en el discurso presidencial. Resulta evidente que siempre han pensado que sus intereses y privilegios no pueden ser tocados, aunque ello signifique conservar una aberrante desigualdad, la misma que hizo temblar el gobierno de Piñera, durante el estallido social de octubre-noviembre de 2019.

Ahora bien, para algunos en la derecha fue imposible ocultar el tono amenazante, ese que es rasgo esencial ante la ausencia de argumentos, una vez más el senador de ultraderecha conocido por sus penosas adulaciones al dictador y por pedir "el raspado de la olla" para el financiamiento irregular de su campaña electoral jugó el rol más extremista, al decir que el Presidente Boric podría "no terminar su mandato", intentando tapar con incitaciones golpistas su deplorable y vergonzosa conducta.

Así también se distinguió por su hipocresía la respuesta del principal vocero empresarial ante la condena formulada a las ganancias indebidas de la empresa Metrogas, la que usando "sociedades espejo" consigue utilidades que afectan severamente el patrimonio de millones de familias que obligadamente deben recurrir a sus servicios para necesidades básicas de sus hogares. Así, con la falaz excusa que estas prácticas existen en otras partes pretenden excusar estos inadmisibles abusos.

Una de las tareas más urgentes de la situación nacional es la seguridad pública, este reto a la acción del gobierno se refiere a las acciones de extrema violencia realizadas en la macrozona sur, como al desborde de las bandas mafiosas y delincuenciales que atentan contra la vida y tranquilidad de las familias, generando muerte y desolación en los barrios y poblaciones del mundo popular.

En síntesis, desde el estado de Derecho el mensaje presidencial aborda la seguridad y el buen vivir en las poblaciones, comunas y ciudades, allí está nítido el objetivo de proteger y cuidar a la clase trabajadora, no pueden haber dudas al respecto.

Por su trascendencia, el problema y reto decisivo de la seguridad pública fue uno de los aspectos fundamentales, abordados en el discurso presidencial. Sin embargo, confirmando que no hay peor sordo que él que no quiere oír, el prejuicio y la ceguera hizo que algunos parlamentarios de derecha dijeran que el Presidente no había tratado este tema en su intervención. Por cierto, esos dichos se derrumbaron por su propia inconsistencia.

En suma, hay un camino trazado en el mensaje presidencial: defender el estado de Derecho y realizar desde la institucionalidad democrática las reformas sociales que den a Chile más dignidad y justicia.

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