Fin de la Ley Reservada del Cobre ¿un tercer "saludo a la bandera"?
La Ley Reservada el Cobre ya cumplió su ciclo. Es hora de derogarla para pasar a un nuevo mecanismo de financiamiento de la adquisición y mantención del potencial bélico. Un sistema que permita la planificación a largo plazo, una participación activa del Congreso Nacional y más y mejores controles.
Decimos que cumplió su ciclo por dos motivos fundamentales. Primero, hoy la sociedad exige un sistema más transparente y con mayores controles; el fraude de más de 5.500 millones que se produjo en el Ejército y que investigamos en la Cámara de Diputados, demuestra que el "manto de reserva" que impone el cuerpo legal para la administración de estos recursos, asociado a dificultades de control, crea un ambiente que favorece una mayor ineficiencia, ineficacia y las probabilidades de concurrencia de hechos ilícitos.
Segundo, la situación de nuestra principal empresa pública, CODELCO, en materia de capitalización, supone una cirugía mayor en cuanto a las cargas con las que tiene que operar, siendo la más importante de ellas el “impuesto específico” que establece la Ley Reservada.
Cabe hacer presente que el 10% de las ventas al exterior de Codelco, ha implicado, en la última década, un aporte de la cuprífera de más de 12 mil millones de dólares para la Defensa Nacional; una parte se ha invertido en adquisiciones y mantención de material bélico en las FFAA, y otra parte ha pasado a formar parte del Fondo de Contingencia, recursos que maneja el Banco Central en el exterior.
Por esto, el actual contexto político, social y económico, ha permitido que se reinicie un debate que ha quedado trunco en dos ocasiones anteriores. Me refiero a los intentos de derogar la Ley para establecer una nueva forma de financiar las capacidades estratégicas de la Defensa, que realizaron la Presidenta Bachelet en su primer Gobierno y el ex Presidente Piñera el año 2011, mediante proyectos de ley.
El primer proyecto, presentado en septiembre de 2009, no tuvo avances legislativos. El segundo, fue aprobado en la Cámara de Diputados en junio de 2012, y pasó para su discusión en el Senado, donde quedó paralizado durante los 20 meses siguientes del Gobierno.
¿En qué consiste este último? En establecer un mecanismo de financiamiento compuesto de un presupuesto plurianual de cuatro años aprobado por el Congreso Nacional, con una asignación mínima de 70% del monto promedio de los gastos en operación y sostenimiento e inversiones en materia bélico (2006-2010) y con un Fondo de Contingencia Estratégico para enfrentar situaciones especiales, tales como guerra externa o crisis internacional que afecten gravemente la seguridad exterior de la República, reponer material e infraestructura en caso de catástrofes y para "compras de oportunidad".
La Presidenta Bachelet comprometió en su programa de gobierno, el envío de una indicación sustitutiva que modificara algunos de los elementos considerados en el proyecto de ley de 2011, particularmente el tema del "piso mínimo". A treinta meses de iniciado nuestro gobierno, esto no ha sucedido.
Es de "manual" que un proyecto de estas características, que involucra una Política de Estado, debe ser presentado al inicio de un período presidencial. Lamentablemente ello no ocurrió. En este contexto, se requiere una respuesta política urgente que permita avanzar en un nuevo sistema, por lo que es necesario que el Gobierno, quien tiene la iniciativa exclusiva en esta materia, lidere y convoque a todos los actores políticos para llegar a un acuerdo amplio y transversal. A pesar de que parece haber un cierto consenso, creo que se hace necesario sincerar los nudos críticos, entre los que destaco: presupuesto plurianual o programación plurianual y asignación mínima garantizada o no.
Si no realizamos este esfuerzo, también demandando por la ciudadanía, antes de que se inicie la carrera presidencial en marzo de 2017, este debate quedará en la historia como el tercer “saludo a la bandera”para la derogación de la Ley.
Es más, el Congreso Nacional seguirá "interdicto" en las autorizaciones presupuestarias y en la fiscalización de los recursos y Codelco seguirá asfixiándose en tiempos de bajo precio internacional del cobre.
La oportunidad es ahora.
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