Gabinete de Apruebo Dignidad (ampliado) y sus desafíos

Lo obvio (aunque no existen las obviedades), pero no por ello menos importante dada la trascendencia estratégica que tiene, sería la confirmación de una 'nueva coalición de gobierno' a propósito de la gobernabilidad-gobernanza buscada en el Congreso y en la ciudadana (o en la geografía de la multitud, como se ha venido reflexionando en oportunidades anteriores)(1).

En otra dimensión, como consecuencia de las nominaciones, será parte del discernimiento de los partidos que ingresan al gobierno si es que son o no parte de la coalición del mismo. Por lo menos, la opinión pública así lo interpretaría, proyectando costos y beneficios para los mismos conforme pasen los días, después de su instalación en marzo próximo.

Otro aspecto importante, por lo simbólico, fue superar la paridad ministerial... hay más mujeres (14) que hombres (10) y el promedio de edad es bien bajo (42 años), agregándose la condición de que en el círculo de confianza se instaló la 'diversificación de la actoría política que provino desde la geografía de la multitud en su versión de movimiento estudiantil'(2). Las subsecretarías mantuvieron el criterio, dando espacio a los reclamos formalizados por los partidos políticos integrantes de Apruebo Dignidad, en cuanto sumar a militantes del Partido Comunista, Revolución Democrática, Convergencia Social, Comunes y la Federación Regionalista Verde Social y otros; con una importante cuota de independientes, por lo menos respecto de militancia oficial, es decir, se fortaleció Apruebo Dignidad, si es que se compara con el nombramiento de ministra/os.

Por otra parte, apropósito de la nueva coalición de Gobierno, se podría afirmar que existe una maduración de la triunfadora Apruebo Dignidad respecto de la promesa de campaña anterior a la segunda vuelta, donde se construyó un imaginario que no se relacionaría linealmente con lo presentado ministerialmente (sí en subsecretarías), optándose por un realismo político, al que obligó la segunda vuelta con un José Antonio Kast como sorpresivo triunfador de la primera vuelta presidencial, más la actitud de los partidos políticos integrantes de la coalición perdedora (Nuevo Pacto Social), que a diferencia de otras conductas pasadas por los perdedores en primeras vueltas, tuvo una automática actitud de colaboración con Apruebo Dignidad, implicando que este gabinete (gobierno) tendrá que resistir la 'crítica observación' de los distintos sectores del sistema político, constituyéndose en un desafío sustantivo para la nueva coalición-gabinete gobernante.

Es un gabinete que emerge de una ingeniería político territorial electoral funcional al devenir del Congreso (pesos específicos en diputada/os y senadora/es), gobernaciones regionales (mayoritariamente en manos de las fuerzas de Unidad Constituyente, posterior Nuevo Pacto Social, derrotado en primera vuelta con Yasna Provoste), gobiernos locales (importante número de alcaldesas, alcaldes, concejales y concejalas de Unidad Constituyente). En definitiva, se calibró la necesidad de la coalición triunfadora en sus diversas coberturas territoriales haciéndose pertinente esta necesaria aplicación de realismo político, entendiéndose así la sarcástica afirmación del ex diputado PC Hugo Gutiérrez, felicitando al PS de Chile, por 'perder ganando'.

Es un misterio, por el momento, cómo se relacionará con la alicaída Democracia Cristiana en su expresión institucional (conflictos internos), ya que territorial y electoralmente, tiene varias posibilidades de incidencia política (Congreso, comunas y gobiernos regionales), siendo necesarias sus voluntades para construir mayorías congresales que viabilicen las políticas transformadoras. Por el lado de la configuración ministerial, no se zanjó gesto alguno. Quedará ver cómo se resuelve en los próximos nombramientos, si es que se dan las condiciones para que ello ocurra, o bien, en la gestión congresal(3).

Por otra parte, está el quehacer de la Convención Constitucional, la cual proveerá de un texto constitucional funcional, no sólo al mandato ciudadano, sino que también a los pesos políticos internos de la convención (Chile Digno, Frente Amplio, Colectivo Socialista, Independientes No Neutrales y otras nomenclaturas independientes), teniendo vasos comunicantes con la nueva coalición de gobierno, teniendo que asegurar ésta, las condiciones materiales para el logro del nuevo texto, movilizando además a las fuerzas políticas y ciudadanas para enfrentar el plebiscito de salida ya planificado, el que no asegura la aprobación del nuevo texto constitucional, hasta que se vota.

Pero una pregunta plausible tiene que ver con los imaginarios/expectativas y cómo los mismos mutan. Se esperaría que el gabinete sea una señal coherente, que lo es, desde el realismo político y necesidad política antes dicha, pero no siempre calza con las expectativas más extremas institucionales y no institucionales y, es ese, parte del desafío de este nuevo gobierno. Desde ahí, es que legítimo preguntarse, ¿cómo se aseguran las transformaciones sociales prometidas, con la integración al gobierno de partidos políticos que constituyeron lo que criticó la coalición triunfante y, que, en parte importante, se les endosan responsabilidades por las desigualdades socioeconómicas, las que explicarían el estallido o revuelta social, con todas sus secuelas... que no son pocas?, en fin, así varias más, que hacen de la tarea de gobernar un desafío sustantivo, como siempre, pero en esta oportunidad con el morbo que crea el proceso sociopolítico que los instaló en la primera magistratura.

Lográndose el gabinete que se logró, la cuadratura del círculo en los siguientes días hasta el 11 de marzo y más obliga estar atentos a lo que ocurrirá con las secretarías ministeriales regionales (seremías), delegaciones presidenciales de escala regional y provincial y otras expresiones del gobierno, donde se libran otras batallas (caja negra del sistema político) entre gobernadora/es regionales, diputada/os, senadora/es y uno que otra/o alcalde/sa.

Esas serán otras señales, tensiones y conflictos, acompañados de la pulsión ciudadana local-regional en conflictividad, más lugarizada, localizada o regionalizada, más o menos institucionalizada; es decir ¡queda harto paño que cortar aún de aquí al 11 de marzo!, que con matices más o matices menos, en el fondo, debe trasuntarse/esperarse que ha este gobierno le vaya bien, sobre todo para:

a.- asegurar la aprobación de la nueva Constitución
b.- avanzar en las medidas transformadoras demandadas por un Chile, que en su mutación sociopolítica y socioeconómica, precisa de mejores condiciones materiales (políticas públicas) y simbólicas (cohesión social)

(1) https://pagina19.cl/destacado/apruebo-dignidad-buscando-gobernabilidad/
(2) https://pagina19.cl/destacado/la-moneda-se-viste-con-una-geografia-de-la-multitud/
(3) https://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2022/02/01/diputado-matias-walker-aca-lo-que-falta-es-entender-por-parte-del-frente-amplio-por-parte-de-apruebo-dignidad-y-por-parte-del-propio-ps-que-sin-la-dc-no-se-puede/

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