Hacia un plebiscito seguro y participativo

Restando 60 días, arrancó la campaña para el plebiscito del 25 de octubre, en que las chilenas y chilenos decidiremos si queremos una nueva constitución y el mecanismo para elaborarla.

Se trata de un hecho inédito. Por primera vez, en toda nuestra vida republicana, tenemos la posibilidad que ciudadanas y ciudadanos, elegidos democráticamente, participen en la redacción de la Carta Fundamental. Antes, siempre fue hecha por el Congreso Nacional o comisiones de expertos.

Asimismo, contaremos con un mecanismo electoral que permite asegurar la mayor paridad de género posible, de tal forma que hombres y mujeres estén representados en forma bastante equitativa en el órgano constituyente.

Es muy importante informarse y votar. Esperamos que el Apruebo y la Convención Constitucional obtengan un amplio y contundente respaldo y que el acto electoral tenga una participación significativa. Ello demostrará que las chilenas y chilenos queremos una transformación profunda de nuestro pacto político y social.

Ello debe traducirse en decisiones como la consagración de forma más clara de los derechos sociales, como la educación, la salud, la previsión; en una mejor valoración del trabajo, promoviendo más claramente la negociación colectiva; en resguardar nuestros recursos naturales y asegurar el derecho humano al agua; en fortalecer la participación ciudadana en la toma de decisiones, más allá de las elecciones; y en otorgar mayores atribuciones y recursos a los gobiernos locales, regionales y municipales. 

Evidentemente, las condiciones son distintas a las que hubiéramos esperado para llevar a cabo esta campaña y el plebiscito. Atravesamos una dura pandemia que ha ocasionado la muerte a unos 11.000 compatriotas y contagiado a más de 400.000.

Por ello, esperamos que el Gobierno actúe con la máxima responsabilidad para decretar y levantar las cuarentenas que eviten rebrotes, al tiempo de seguir mejorando el testeo, la trazabilidad y el aislamiento. Particularmente, nos preocupa la trazabilidad, todos los estudios demuestran que el número de contactos estrechos por contagiado que estamos identificando está bajo lo recomendado por organismos internacionales.

También es imprescindible que el SERVEL adopte todas las medidas necesarias para asegurar que la votación sea rápida y segura. Para ello debe contarse con suficiente número de locales, sanitización de espacios y útiles, organización de flujos de personas y preparación de los vocales e información de electores.

Por último, evidentemente, es responsabilidad de las y los que queremos participar cuidarnos y continuar cumpliendo las medidas de prevención, como el lavado de manos, el uso de mascarillas, el distanciamiento físico y salir a la calle lo menos posible, evitando lugares con alta concentración de público.

De todas y todos depende tener un plebiscito seguro y participativo que abra camino a un Chile más justo, inclusivo y digno.

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