La democracia se fortalece con participación

Sabemos que parte importante de las y los chilenos no se sintió convocada a participar en la primera vuelta de las pasadas elecciones presidenciales, y somos conscientes de la responsabilidad que nos cabe en esta desidia o alejamiento de la ciudadanía de la participación política.

El 18 de octubre de 2019 marca un punto de inflexión en la sociedad chilena, del cual tenemos que hacernos cargo, sobre todo quienes hemos estado en el centro del debate público de los últimos años.

Lejos de ser autoflagelantes, lo cierto es que como parte de aquella mal denominada "clase política" debemos decir que muchas conquistas se lograron en los últimos 30 años, pero también hubo materias en las que no pudimos avanzar y que marcan el derrotero de una sociedad que se cansó de un sistema que los ahoga y los empuja a vivir una realidad segregada, sobreendeudada y con grandes deficiencias en aquellos mínimos sociales a los que todos los ciudadanos tienen derecho.

Hoy estamos llamados a tomar una importante decisión que no puede dejar a nadie indiferente. En efecto, nuestro país se juega el futuro de los próximos años entre un proyecto de gobierno ultraconservador, en el que los lineamientos y convicciones del candidato de la derecha política, colisionan con una sociedad chilena que ha evolucionado, y que demanda mejores derechos sociales, gobernabilidad y mayores niveles de participación.

A nuestro juicio el deseo de la gran mayoría de las y los chilenos de tener un país desarrollado -en el sentido más amplio de la palabra y con mayores niveles de protección social- concuerda plenamente con las ideas y el programa del candidato Gabriel Boric.

En esta idea de un mejor Chile, nuestro candidato no basa la satisfacción de necesidades y la calidad de vida de las personas solo en el crecimiento económico, y en actividades puramente rentistas -que hasta ahora han ahondado las desigualdades en nuestro país-, sino que plantea un modelo que abandona los conceptos más abusivos del neoliberalismo, fortaleciendo a las mipymes, las cooperativas y las ferias libres.

De igual manera, para superar el estancamiento productivo y retomar el dinamismo económico propone la modernización y fortalecimiento del Estado, a diferencia de la reducción que defiende el candidato de derecha.

Asimismo, en su programa la familia no tiene un concepto cerrado y basado en convicciones religiosas o valóricas que solo representan a un porcentaje de la población, sino que reconoce la diversidad y la existencia de distintos tipos de relaciones afectivas y sexuales.

Boric destaca el valor y aporte especial que realizan millones de mujeres chilenas, y plantea políticas públicas para que no sientan ser víctimas, ni sufran un Estado que las discrimina; igualmente, en el que el que la protección integral de las niñas y niños esté en el centro de la preocupación que la sociedad debe tener.

La seguridad pública es uno de las grandes preocupaciones de la gente, pero ésta no se puede abordar como hasta ahora lo ha hecho el actual gobierno, -y como lo plantea el candidato de derecha- pues hasta ahora han fracasado. Por ello, el abordaje de la delincuencia, el narcotráfico y el control de armas, debe ser materia de un acuerdo amplio que permita mejorar oportunidades, reformar las policías, devolver a las y los vecinos el protagonismo en los barrios, y por cierto, hacer respetar el Estado de derecho.

Gabriel Boric desde un comienzo ha respaldado las demandas sociales relevadas a partir de octubre de 2019, y fue capaz, de buscar y suscribir la salida institucional que hoy nos permite estar construyendo una nueva Constitución. En esta línea planteamos que su gobierno da plenas garantías para asegurar el trabajo y término adecuado de la Convención Constitucional.

Nunca en las últimas décadas habíamos tenido que decidir entre proyectos de país tan distintos, en los que en uno se privilegia solo el individualismo, y en otro, que es el que apoyamos, se valora este esfuerzo y trabajo individual, pero como parte de una meta colectiva, que es el bien común de todas y todos los chilenos.

Chile es un país rico sobre todo por las capacidades de las y los chilenos, y sabemos que no se dejarán engañar por espejismos, ni populismos, ni mucho menos por las amenazas y temores que la derecha intenta infundir, a partir de campañas y caricaturas que están lejos de la realidad. Nuestra historia reciente que sabe de sacrificios, de exilio, de torturas, de muerte, de autoritarismos, la decidimos dejar atrás a través de la participación, a partir del voto informado, que también estamos seguros triunfará este próximo domingo.

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