La educación en el centro del debate

Nuevamente los estudiantes llenaron las calles, tanto en Santiago como en las principales ciudades del país, en la primera marcha del 2013, con el objeto de insistir en sus demandas de educación gratuita y de calidad para todos.

Este reinicio de las movilizaciones tiene la particularidad de ocurrir en el mismo momento en que el Senado analiza la acusación constitucional contra el Ministro Harald Beyer, aprobada en la Cámara de Diputados, a quien se acusa, principalmente, de dejar de cumplir la ley al evitar fiscalizar a las entidades de educación superior que con fines de lucro, desatendiendo las conclusiones de la comisión investigadora de la Cámara Baja.

Asimismo, este retorno de las marchas ocurre justo al comenzar la campaña electoral con miras a las elecciones de noviembre próximo, por lo que constituye una expresión clara y firme de las demandas que los estudiantes hacen a los candidatos, tanto al Parlamento, como a la Presidencia de la República.

Michelle Bachelet ha señalado como un eje de su campaña el combate a la desigualdad que afecta al país, donde la educación es prioridad.

Al respecto, la ex mandataria tiene autoridad moral y credibilidad. Durante su Gobierno se envió al Parlamento un proyecto de Ley General de Educación, LGE, que establecía, a nivel de la educación escolar, el término del lucro, que obligaría a todos los sostenedores a transformarse en Corporaciones o Fundaciones (sin fines de lucro) con un giro único educativo. De este modo, terminarían los desvíos de recursos.

La derecha se opuso a ello. No fue posible avanzar, pues Renovación Nacional y la UDI condicionaron cualquier cambio a la antigua LOCE, publicada el último día de la dictadura, a eliminar esta norma que evitaba el lucro en la educación escolar. La Concertación debió negociar para permitir cambios como una Superintendencia más eficaz y una Agencia para la Calidad.

Visto en perspectiva del tiempo, el error de nuestros Gobiernos fue no haber sido más enérgicos. No comunicar con más claridad a los estudiantes y a la sociedad este chantaje de la derecha y sus consecuencias para la educación en Chile. Y sobre todo faltó el vínculo con la ciudadanía y su expresión en las calles.

Afortunadamenten la sociedad chilena y especialmente los jóvenes están hoy activos y alertas en esta materia. Chile entero tomó conciencia sobre la importancia de una educación gratuita y de calidad para la igualdad de oportunidades y el efecto negativo que el lucro tiene para conseguir ese objetivo, desviando hacia los bolsillos de los sostenedores y propietarios de los planteles los recursos que deben ser invertidos en niños y jóvenes. El caso de la Universidad del Mar fue la gota que claramente rebasó el vaso.

Los jóvenes están de vuelta en las calles, con alegría y entusiasmo, para luchar por un Chile más justo. Construyendo una democracia viva y fuerte que garantice que los cambios que el país reclama sean una realidad. Es aquello por lo que muchos hemos luchado toda la vida.

La tarea de la política es terminar con el lucro, lograr la gratuidad en la educación en todos sus niveles y construir un país más justo y sin abusos.

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