La que presta su cuerpo y el ocupante

Las declaraciones de la senadora Ena von Baer en relación con el tema del aborto terapéutico son representativas de una creencia católica integrista, conservadora, pero al mismo tiempo individualista.Porqué estas creencias corresponden a la ideología de las clases altas chilenas, todavía es un fenómeno poco estudiado, pero es un dato de la causa: el catolicismo integrista es a la vez una forma también integrista del liberalismo.

Eso es lo que explica lo que ella ha intentado de buena fe exponer.

Su punto de partida es el rechazo del aborto sin discusión, tal como la Iglesia lo prescribe.

Pero la razón esgrimida no es teológica, como podría esperarse, sino liberal: el feto es un individuo independiente que ocupa circunstancialmente el vientre de la madre (el individuo que presta su cuerpo) para gestarse y al término del proceso, nacer.

Se trata de una relación entre individuos independientes, tal como la que existe entre dos contratantes, uno que presta el servicio y otro que lo recibe. Por lo tanto, la que presta su cuerpo (la madre) no tendría derecho sobre la vida del ocupante (el feto) y esto por dos razones: el feto sería un individuo independiente y la permanencia de este en el cuerpo que lo alberga sería temporal.

La lógica es la misma que existe en las relaciones entre sujetos individuales que intercambian prestaciones en el régimen liberal: el que contrata un servicio no pierde su independencia por este hecho, por lo tanto, el que lo presta, debe respetarla. El rechazo al aborto es religioso, pero su explicación es liberal.

Si llevamos esta idea hasta sus últimas consecuencias, resultan algunas interesantes conclusiones: si la relación entre madre e hijo es una relación entre individuos independientes ¿cuál sería la obligación que los une y en qué se fundaría? ¿Por qué la persona que presta su cuerpo realiza este acto? ¿Por qué la que presta ha tomado la decisión de que el feto se anide en su cuerpo?

Es obvio que esta decisión es unilateral puesto que no hay consulta previa al feto sobre si desea o no gestarse. Por lo tanto, no habiendo una petición expresa de parte de el, la persona que le presta su cuerpo ha tomado por sí y ante sí esta decisión que compromete la vida misma del ocupante.

¿Cómo se explica entonces que el ocupante sea un individuo independiente, si él mismo no ha tomado la decisión de existir?

¿El hecho de que éste de pronto se encuentre adherido a las paredes del útero de la que lo alberga provisoriamente, no es acaso la prueba misma de su infinita dependencia?

¿Y si existe dependencia hasta ese punto, cómo puede hablarse de un “préstamo”?

¿A quién se le prestaría el cuerpo si el ocupante todavía no existe? La independencia, incluso desde el punto de vista biológico, ¿no comienza más bien al término de la gestación?

Se concluye entonces que el ocupante no es independiente y por lo tanto, no puede considerarse un individuo. Su condición de ocupante es un lazo que lo une a la vida misma de la persona en que él se gesta. De ahí que no se pueda expresar correctamente esta relación como una relación existente entre individuos.

Ahora bien, si a pesar de esto seguimos aplicando coherentemente la lógica individualista de la ex ministra, entonces tendríamos que afirmar que el individuo que ha elegido darle la vida al feto, por ser ésta una elección suya, también debería tener el derecho de suprimirla.Al menos, mientras el feto no pueda ser considerado un ser vivo independiente.

Y en el caso en que el embarazo no sea deseado por la que presta su cuerpo - como por ejemplo, si este ha ocurrido como consecuencia de una violación- ¿no es perfectamente justificable que pueda interrumpirlo? ¿No estaría acaso en su derecho al no prestar su cuerpo? ¿Qué lógica sería ésta de obligar a las personas a prestar su cuerpo? ¿Podríamos poner en duda la independencia que tiene la que presta, a decidir sobre lo que pasa con su propio cuerpo? ¿El hecho de prestar no implica acaso necesariamente la voluntad libre del que presta? ¿Cómo un préstamo podría ser obligatorio?

Por otro lado, si la relación es entre individuos independientes, ¿por qué la madre tendría que hacerse cargo del recién nacido? Y más todavía, ¿por qué tendría que hacerse cargo incluso si el recién nacido es producto de un embarazo no deseado, como lo exigen los integristas?

La contradicción en este pensamiento en el que se unen catolicismo recalcitrante y liberalismo se hace evidente cuando pensamos que estas posturas obligan a las madres a gestar a los fetos cualquiera que sea la circunstancia (enfermedad, peligro de vida de la que presta o del ocupante en el parto, inviabilidad vital del feto, etc.), pero además las obligan a hacerse cargo de ellos cuando estos han nacido, pues en la lógica liberal cada cual debe arreglárselas como puede.

Si fueran consecuentes con su liberalismo tendrían que aceptar que la que presta es la que debería poner sus condiciones sobre si presta o no presta y en qué condiciones lo hace, tal como ocurre en cualquier otro préstamo.

Lo mismo sería válido en el caso de malformaciones congénitas, o incluso en cualquier caso, porque la lógica individualista exige el respeto irrestricto al individuo y sus derechos.

El valor de las declaraciones de Von Baer está en que ponen en evidencia la contradicción existente entre estas dos posturas que difícilmente pueden coexistir. O se es católico, o se es liberal, pero parece difícil ser consecuente en ambas líneas a la vez. Del liberalismo, que piensa en términos individualistas, se deberían concluir posturas pro aborto sin poner muchas condiciones.

Del catolicismo se concluyen otras cosas, pero la base de ello es una creencia, no una razón: el carácter divino de la vida, el quinto mandamiento, las prescripciones de la Iglesia, etc.

No unir ambas cosas sería loable, porque permitiría un debate más honesto sobre el aborto, basado en los derechos que todos tenemos y no en los prejuicios que solo algunos tienen sobre el tema, aunque sean mayoría. La pretensión de una dictadura de las mayorías es un atentado contra la democracia. Solo un debate laico sobre estos temas podría ponernos a todos de acuerdo.

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