El miércoles recién pasado, los partidos políticos de gobierno y la Democracia Cristiana suscribieron para las próximas elecciones un pacto municipal, denominado "Contigo Chile mejor", bregando en conjunto para lograr los mejores gobiernos comunales, aunando fuerzas ante el crecimiento de la ultraderecha y grupos ultraconservadores que tienen como exclusivo propósito imponer una regresión social en Chile.
Es la primera vez que estas fuerzas se unen en un desafío de este carácter. Hubo otros retos importantes, aunque no como este esfuerzo, por ejemplo, el plebiscito del 5 de octubre de 1988, es una experiencia en que el centro, la centroizquierda y la izquierda coincidieron en la opción NO, fue una proeza, pero no es lo mismo articular esta compleja red de primarias y competencias como lo hace este pacto municipal.
El rechazo a la perpetuación de Pinochet el 5 de octubre de 1988 fue una hazaña política y social que brotó desde el alma nacional, a pesar de los amedrentamientos, compra de votos y apaleos en las calles, sin embargo, triunfó la conciencia democrática de Chile.
Ahora, ante un preocupante rebrote de las ideas más reaccionarias y ultraconservadoras se ha logrado constituir un amplio y diverso bloque de fuerzas políticas de centroizquierda e izquierda con vistas a las elecciones de gobiernos locales y regionales.
No es igual al fervor democrático desplegado en 1988, pero sí conlleva la voluntad de actuar juntos frente a una posición de regresión social que pretende reducir a cero los derechos laborales de las y los trabajadores, así como desconocer los derechos reproductivos de la mujer.
Las municipalidades y gobiernos regionales son una primera prueba de fuerza de gran relevancia, en el caso de imponerse la alianza de derecha y ultraderecha pretenderán generar una oleada de conservadurismo en el país para intimidar y arrinconar a las fuerzas democráticas de inspiración popular e imponerse en las elecciones presidenciales del año próximo.
El conservadurismo trabaja la imagen de una victoria presidencial anticipada que paralice al gobierno, desaliente y disperse a las fuerzas progresistas, por eso el pacto "Contigo Chile mejor" es una acción de gran responsabilidad política para indicar otro camino, el de las reformas sociales necesarias con estabilidad institucional.
Ahora bien, la unidad se siembra, cuida y protege, esa es responsabilidad fundamental del liderazgo político que no debiera darse "gustitos" de ninguna naturaleza y afianzar y robustecer este avance unitario y no hacer nada que lo dañe, perjudique o quiebre sus primeros cimientos.
Esa mirada de responsabilidad política hoy es primordial. Lamento que haya excepciones. Cuando hay liderazgos que se permiten licencias que dañan la confianza se construye sobre pies de barro. Una alianza política se construye a largo plazo, pensando en los frutos del porvenir y no en los titulares del presente.
Cuidemos lo que hemos avanzado, la "ganancia chica" con rapidez imprevista se convierte en hechos que después se lamentan. Respetemos también a las candidaturas que no pudieron seguir adelante y que lo han aceptado con dignidad y estatura política.
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