Los desafíos del Presidente Boric tras nombrar su equipo de ministros

El pasado 21 de enero el Presidente electo, Gabriel Boric, presentó públicamente a las 14 mujeres y 10 hombres que lo acompañarán en el gobierno desde el 11 de marzo próximo.

Un anuncio que estuvo cargado de expectación sobre nombres clave en ministerios estratégicos, además del peso con el que contaría su coalición y la eventual llegada de nombres procedentes de otros partidos políticos que no conformaron originalmente la coalición Apruebo Dignidad.

Respecto a los nombramientos, el gabinete refleja el cambio de época que está viviendo nuestro país, con un núcleo generacional de actores políticos con temprana vivencia y experiencia en los conflictos y pendientes del país y que además representan la diversidad y heterogeneidad de una sociedad en cambio.

Hay un segundo anillo de personas con probada experiencia sectorial, pero tal vez con menor conocimiento del ámbito público que es relevante en un período presidencial corto. La buena noticia es que el estallido social de 2019 continua conduciéndose con una institucionalidad que está cambiando y que si bien, es un proceso de final abierto, esta generación está cuidando.

Algunos de los principales desafíos de este gabinete ministerial serán hacer posible -del mejor modo- el trabajo y la ejecución del proceso constitucional. Se trata de asegurar las condiciones adecuadas para el trabajo cotidiano, el proceso del plebiscito y la implementación que la nueva Constitución conlleve. Respecto de esto último, será clave la conciliación de los cambios estructurales que requieren un nuevo Estado para implementar una potencial nueva constitución con las urgencias propias a resolver en un ciclo económico con dificultades e incertidumbre. Para lo anterior, se requieren capacidades de lectura, resolución de conflictos y negociación con actores e intereses diversos.

Debemos estar conscientes que estamos frente a un conglomerado que tiene una base de sustentación amplia y que al decantar en gobierno la ha ampliado, lo anterior plantea un desafío de gobernabilidad, es decir, cómo se sustenta un arco político tan amplio. Sin duda estamos frente a un cambio del escenario político que será necesario cuidar y fortalecer.

A nivel ciudadano, el desafío es manejar la decepción que se produce cuando el proceso de cambio que vivimos no se logra en los tiempos esperados. Hoy, estamos en un ciclo donde lo público es lo importante, pero la decepción genera desmovilización y acelera una vuelta a la primacía del interés privado, tal como planteó Albert Hirschman.

Finalmente, a nivel programático, pienso que deberá concentrarse en un par de reformas: el sistema de salud, el tema previsional (seguridad social) y su financiamiento consecuente, que si bien puede ser visto como un tema funcional, deberá tener un sello que asegure condiciones más igualitarias del financiamiento del Estado y su quehacer y colabore a la actividad económica.

Sin lugar a dudas, uno de los nombramientos más esperados era el del Ministerio de Hacienda, siendo Mario Marcel el encargado de liderar la política económica chilena. Al respecto, el Presidente electo optó por alguien con experiencia y que conoce desde la década de los ochenta los problemas y brechas que generó la revolución capitalista, en palabras de Manuel Gárate, que fue impuesta en dictadura. Creo que él puede encabezar un proceso de modernización completa del Estado que ponga foco en la tecnología y las personas. Respecto a Economía, los desafíos son de instaurar una política industrial en nuestro país y una nueva relación entre el Estado, el mercado y la sociedad civil. La trayectoria de investigación del nuevo ministro es consistente con esta mirada.

Por último, la interlocución con los ministerios sectoriales; a partir de principios comunes, las prioridades del programa gubernamental y los mecanismos de resolución de conflictos; son claves para el devenir en un período corto y con complejidades legislativas.

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