Fue un 18 de octubre del año 2019, cuando hordas de ciudadanos gritaban por cambios, demandas sociales que se extendieron por días, llevando casi a peligrar la democracia. Mandatarios y académicos han llamado ese proceso un "golpe de estado social", el cual desembarcó en una unión política transversal, conculcando en un gran referéndum por una nueva constitución, que cambiase la actual que fue escrita en un periodo de mandato militar.
Sin embargo, fue el mismo Presidente Sebastián Piñera quién, antes de finalizar su mandato, inició el proceso de reforma constitucional, promulgando la ley para tales hechos. No obstante, fue el actual Presidente Gabriel Boric quién fue mandatado para llevarlo a efecto, pero durante el proceso el Mandatario ha tenido una serie de derrotas, al no poder dirigir un proceso constitucional exitoso. El primero fue abismantemente rechazado en el plebiscito del 4 de septiembre del año 2020, donde el 62% de los chilenos y chilenas votaron en contra del texto constitucional que escribieron en su mayoría los en ese entonces denominados "convencionales constituyentes", donde todo el bloque oficialista se pronunció a favor del texto que reemplazaba la actual Constitución y el mismo Gobierno tuvo un rol activo informando a la ciudadanía con la entrega de miles de ejemplares de la nueva Constitución, escrita por sus partidarios, en la misma plaza de la constitución por ministros y ministras, subsecretarios y subsecretarias, sumado a ello franjas televisivas que llamaban a votar.
Todo lo anterior hoy se extraña, existe un vacío inconmensurable de Estado, donde no se informa, no se explica, ni siquiera se menciona la relevancia histórica, social, económica y de estabilidad política nacional y regional en América Latina, que significa la reforma constitucional escrita en democracia y por mandatarios electos popularmente por la ciudadanía.
De lo anterior nace una gran interrogante ¿al gobierno no le interesa informar porque los consejeros constitucionales en su mayoría son del pacto chile vamos y republicanos?, es más, se puede desprender que el gobierno calla porque marcó posición por el voto "en contra" del nuevo texto constitucional, debido que no lo escribieron sus partidarios, al haber sido electos una minoría de ellos, en total 17 consejeros. Todas estas interrogantes nacen a raíz del silencio que circula en La Moneda en referencia a este proceso constitucional. Empero, desde el PS, PPD, PC, FA, ya afirmaron que trabajarán en contra, con la finalidad que se rechace la propuesta constitucional.
La izquierda en sus diferentes nombres que durante la democracia han llevado, partiendo por la concertación, luego nueva mayoría, hoy socialismo democrático y los hijos de estos mismos políticos de la izquierda tradicional, que en un acto de rebeldía ante sus padres, decidieron llamarse "Frente Amplio", pero esta rebelión fue solo maquillaje, porque la realidad padres e hijos de izquierda hoy son un amplio bloque de gobierno, liderado por el Presidente Gabriel Boric, quién con un cargo ministerial pudo desdibujar los clivajes políticos que se vociferaban, que no eran más que esmaltes en la consecución del poder.
En fin, este cuento aún no se ha acabado, pero el gobierno rehúsa pronunciarse en la definición de su postura, sin embargo es evidente que este texto constitucional no lo escribieron sus amigos, entonces no es bueno, no ayuda, no une, entre muchos otros adjetivos y sustantivos que subjetivamente justifican una vez más la inmadurez política de la izquierda, avalando su niñería para rechazar cualquier proceso que no sea de sus afines, independiente que dañe a Chile.
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